sábado, 17 de febrero de 2018

Drácula (1958)

Esta no es precisamente una reseña de una película que hayan estrenado este fin de semana, pero es muy buena película para abrir una nueva sección en el blog, de cine clásico de terror. Y comenzamos con todo un clásico de la británica Hammer Productions, Dracula.

De wikipedia.es

Fue titulada Horror of Dracula en Estados Unidos para evitar problemas legales con la anterior Dracula, de 1931, con Bela Lugosi y Tod Browning. Podría haber usado ese nombre para la entrada (curiosamente, suele ser más conocida por ese título), pero he preferido mantener el título original. Me hacía ilusión hacer reseñas de cine de terror clásico, pero tengo mejores recuerdos de las películas de la Hammer que de las de la Universal, más que nada, porque son las que recuerdo de mi infancia.

Cuando yo era muy peque, donde vivíamos se hacía la famosa maniobra de comunidad de vecinos en la que había alguien que tenía un vídeo (supongo que de los primeros beta, ya que sería el principio de los 80) y que cada noche ponía una película que todos los vecinos podían ver a través de la instalación de la antena colectiva, entiendo. Por ese poco lícito canal se veían muchas películas diferentes pero podéis imaginar que no sería arte y ensayo. Aunque no lo recuerdo, imagino que habrían muchas películas bélicas, cine negro y de terror, los géneros más populares. Por lo que me han dicho, los sábados pasaban incluso porno, cosa que creó algunos conflictos. Recuerdo haber visto medio accidentalmente (esas cosas de "iba yo a la cocina a por agua y...") películas clásicas de terror, de vampiros concretamente, que me fascinaban y provocaban buenas pesadillas al tiempo. ¿Podría ser ese el inicio de mi fascinación por ese tipo de cine? Lo dudo, seguramente si no hubiese sido entonces, habría sido en otro momento, pero un servidor salió como salió y pasó lo que tenia que pasar. Y a mucha honra.

Recapitulando. La Dracula de la Hammer fue la primera de las películas de esta productora basadas en la célebre novela de Bram Stocker y la primera que contó con Christopher Lee como el célebre vampiro. Contó con un presupuesto de 81.000 libras, todo un señor dinero para la época. Fue un gran éxito de crítica y público y cambió para siempre el género de terror vampírico. Introdujo el erotismo parcialmente disimulado, quitó los tapujos a que se viera sangre en la pantalla e introdujo la atmósfera de terror asfixiante: el viento que arrastra las hojas, los jirones de niebla, la iluminación, hasta el interior de los decorados, tan estrechos y enrevesados que parecía que los personajes se mueven en laberintos. Además, desde entonces la imagen del vampiro estuvo fuertemente ligada durante décadas a la de Christopher Lee, con su educación aristocrática y esa mirada altiva y enigmática que podía transformarse al instante en llena de odio y salvajismo. Dicen que después de ver la película, esa noche la mujer de Christopher Lee no quiso dormir con él, del miedo que pasó.


El argumento también tiene sus derivaciones respecto la historia original de Bram Stocker, que ya mucha gente conocía por aquel entonces. Comienza con el Sr. Harker visitando el castillo del Conde, pero los guionistas deciden, con muy buen criterio, darle un nuevo giro de tuerca. Ya desde el principio nos sorprende ver a una joven que pide ayuda para escapar, pues el conde la tiene cautiva. No mucho después, con Harker en sus aposentos, descubrimos que el joven no es el representante de una firma inmobiliaria, sino un cazavampiros con la misión de acabar con el conde. Desde luego, esto es ir directo al grano. Lamentablemente comete un error fatal y pronto acaba el también dentro de un ataúd, donde lo descubrirá su colega y amigo, el Dr. Van Helding (interpretado por el extraordinario Peter Cushing) que estaba buscándole desesperadamente.

Es curioso que Harker cometa el error fatal de, a pocos minutos para la puesta de sol, en el mausoleo donde la joven vampira y el Conde descansan, el cazavampiros decida clavar la estaca primero a la chica y no al Conde, cuando luego podemos ver como al acabar con el "amo" sus descendientes pueden salvarse de la maldición de éste. Parece evidente que había que matar primero al más poderoso de los dos. Me pregunto a que se debe este gran error. ¿Harker estaba ya alterado por el mordisco? ¿era un cazavampiros principiante? ¿y si lo era, porqué iba solo, y no acompañado del que se supone que era su mentor, Van Helsing?

Respecto a la novela, también vemos cambios con otros personajes, como Lucy, que esta vez es la prometida de Harker y no con Mina (que es la hermana de esta última, y cuñada de Harker). Gran parte de la acción en la segunda parte de la película transcurre en casa de Mina y su marido, que parece estar en Londres, aunque después veamos que se encuentra a una noche de carro de caballos (a pleno galope, eso sí) del castillo del Conde, en Transilvania.

La copia que podemos disfrutar hoy en día tiene algunas escenas ampliadas, escenas que se cortaron de la edición para los cines de la época, ya que eran muy perturbadoras. Un ejemplo es la escena final, en la que Drácula se araña la cara en su agonía al verse expuesto al sol, dejando marcas de carne herida bajo la piel cenicienta. Esta parte ampliada se pudo rescatar y restaurar de una copia japonesa en mal estado. Algunos historiadores apuntan a que habían otras copias japonesas con escenas más explícitas, que no han podido encontrarse aun. Una pena.


En todo caso, es una película fabulosa, la primera de una gran producción de "nuevo" cine de terror, que sentaría historia. A día de hoy costaría que el público más joven pudiera aguantarla sentados el tiempo que dura, sin duda la estética del cine de terror ha cambiado mucho, pero la verdad es que ellos se lo pierden. Esto es cine en mayúsculas, una obra de arte inmortal. Como el personaje protagonista. Y lo que le queda. Aunque en las últimas adaptaciones, bien de Drácula o de vampiros en general, lo que más terror da es ver como han degradado al personaje y a su progenie. Yo me quedo con los clásicos, muchas gracias.

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