domingo, 23 de julio de 2017

The Jaeger Uprising... entre otros

Especialmente dedicado al mayor fan que conozco de Pacific Rim, el ilustre Sr. Yacon, ahí va esto:



Una previa de la nueva película. Que la disfrutes/n.

(Dicho sea de paso, a mi particularmente me pareció que desperdiciaban muy buen material con un tono demasiado ligero en algunos puntos y sobretodo con unos personajes-clichés como los científicos, que lastraban una más que digna película de Mechas, que no es decir poco)

Mechas, para el que no lo sepa, son los robots gigantes de forma humanoide que están pilotados, género muy propio del anime y la ciencia ficción. Ala, tenéis un poco más de cultura (aunque sea una chorrada pop, pero cultura al fin y al cabo).

EDITO: Y ya que me pongo, añado otra presentación de la San Diego Comic Con (la Meca del frikerio), un plato fuerte, pero de los gordos. ¿Disfrutasteis como gorrinos viendo Stranger Things? Pues ahí va eso...


Y como dice mi Sra. madre, a por uno voy, dos vengáis y si venís tres no os caigáis, añado el postre, mi perita en dulce. Porque Pacific Rim era entretenida y épica y Stranger Things era una buena historia genialmente llevada y vestida de los añorados (a ratos) años 80, pero señores, esto es pecata minuta. Todos en pié, llegan... los vikingos.


Creo que no me dejo nada excepcional. Aparte del hecho de que coy a tener que ir algún año a ver esa convención. Tiene que ser la bomba.

sábado, 15 de julio de 2017

¡A jugar!

Me encantan los juegos de mesa. Mucho. Creo que se han convertido en mi afición favorita, sin duda. Tengo muy poco tiempo para jugar y reconozco que siento una envidia siempre sana cuando leo un blog en el que gente sin responsabilidades familiares pasan días y días jugando sin parar a mil y un juegos. Yo comencé a ser así hace unos años, pero lo cambié por mis hijos. Y no me arrepiento ni lo más mínimo. Sobretodo cuando al cabo de los años ya puedes comenzar a jugar con ellos. Menudas risas, son la repera. Bueno, y yo que soy el que les ha traído hacia aquí también, para qué negarlo. En el fondo no es culpa suya, son las víctimas. Yo soy el que ha causado la hecatombe. Y lo que nos queda.

El otro día les saqué el Imperio Cobra, de Cefa. Un clásico entre los clásicos. Creo de los primeros sino el primero de los juegos de mesa (salvando ajedrez, parchís, ocas y etcéteras varias) a los que jugué en mi infancia. Así que lo consideré apropiado como juego de mesa "mas serio" para jugar con ellos. De momento pude jugar con las dos calabacillas mayores, una princesita de 5 años y un guerrero muy bruto pero de buen corazón de 3 años. Así que ala, al turrón, que hay que robarle el amuleto a la malvada esfinge de la Isla Cobra.


Las reglas fueron convenientemente modificadas para hacerlas (aun más) asequibles. Si habéis jugado a este juego de adultos, en un acto de nostalgia, ahora os estaréis riendo como posesos. El juego es simple, pero simple-simple. Aun así, los hombres cobra no actuaron hasta que no pisamos su isla, no se perdían las armas por usarlas y los chicos se podían pasar las armas si estaban juntos en casillas adyacentes. Ver la cara del pequeño cuando salía la carta del Dragón Blanco era un poema.


Al final, tuve que modificar una tirada de dado para no ser yo el que robara la joya y pudiese hacerlo mi hijo, con lo que la mayor se quejó de que ella también quería. Pobre cobra, sobre su cadáver y encima con discusiones familiares. Pero pudimos jugar, que no es poco, y nos lo pasamos muy bien.

Y de postre, el mismo día, cuando pude dejar a la tropa, salí corriendo con lo que pude a casa del Sr. J, porque teníamos partida de exhibición al X-Wing para el Sr. A. (por cierto, el propietario original de mi copia del Imperio Cobra, que me lo regaló hace años, perfecto e impoluto, creo que sin haberlo jugado desde que se lo regalaron en su infancia; desde luego el que es un eurogamer lo es desde sus mas tiernos inicios...).


Volvimos a hacer la partida introductoria simplificada, con dos TIE Fighters contra un X-Wing. Creo que ha sido la cuarta vez que juego esa partida, las dos primeras con J. (en ambos casos victoria rebelde, una vez cada uno) y la anterior con la Sra. Lantern, la única persona de la que tengo constancia que consiguió ganar con los TIE Fighters imperiales... hasta anoche.


Estrenando el nuevo (y precioso) tapete de juego y con la banda sonora de Rogue One (reseña pendiente, lo se) el piloto del Escuadrón Obsidiana consiguió situarse a la cola del X-Wing e irlo desgastando, aprovechando que este perseguía al muy novato Piloto de la Academia, que se pasó media partida volando con una nave con un solo punto de casco.

¡Eh! ¿qué haces siguiendo a mi hermana?
Partida curiosa, no suele ser habitual que gane el imperio con esa configuración, pero muy divertida. Y de nuevo este año, más de una partida el mismo día. Creo que hay esperanzas, después de un largo tiempo de sequía, la afición vuelve con fuerza. ¡Que bien!

Frena, frena... ¡acelera, acelera!

Venga, ahí va uno de esos posts raros que hago yo a veces. Bueno, más raro de lo normal, de acuerdo.

Si seguís este blog es posible que os hayáis fijado en que últimamente escribo algo más. Tampoco es que sea una locura de actividad, pero en comparación con lo que había de otros años, me refiero. Y es que el caso es que me he tenido que dar cuenta por las malas que no estaba gestionando bien mi vida y he tenido que frenar. 




Hace un par de años que volví a estudiar. Esta vez a distancia y cambiando las ciencias por las letras. Una intriga que me había quedado desde que acabé el instituto. Me matriculé a un grado de Estudios Ingleses y de momento no puedo quejarme de como me ha ido a nivel de resultados, pero no me había dado cuenta del desgaste que me estaba causando. Con tres niños pequeños me sobraba muy poco tiempo, y aprovechaba para estudiar por las noches después de tener a la tropa durmiendo y la casa mínimamente recogida, por lo que la mitad de los días me despertaba dormido sobre los libros a horas intempestivas. Siempre he intentado que la vida familiar se resintiese lo menos posible, lo que costaba más en periodos de exámenes cuando aprovechaba todo rato que me dejaban para estudiar e incluso pedía días de vacaciones para el último acelerón. Aquí el apoyo de la Sra. Lantern ha sido impagable.

Amigos y conocidos suelen comentarme que no saben cómo me las arreglo para estudiar una carrera con una familia numerosa, trabajando a jornada completa e incluso haciendo algo de horas extra cuando se puede. Tampoco yo lo tengo muy claro, pero cuando hasta tu tutor de la carrera (de tu edad y sin hijos) llega a decirte que eres su héroe, la moral se te pone por las nubes y te sientes capaz de todo. Y no es así, ni mucho menos.

Este año, al acabar el primer cuatrimestre y volver de los exámenes al trabajo, mi compañera de la mesa de al lado, me soltó que parecía que me habían pegado una paliza por cómo había vuelto. Y la verdad es que si que me sentía de esa forma. Había hecho un intensivo brutal para ponerme al día, porque este año con la tercera calabacilla el tema del tiempo libre se ha vuelto crítico y cada vez era más difícil ponerse al tema en condiciones, con el añadido de sentirse culpable porque a pocos días de los exámenes no estás con los niños como te apetecería. Para colmo, me acaban de diagnosticar una cosa muy divertida que se llama "Codo de borracho" (entiendo que por lo de caer grogui encima de la mesa) que me ha dejado dos dedos de una mano dormidos, por un pinzamiento del nervio cubital a la altura del codo. Que si, que vale, no es nada grave y (se supone) que con el tiempo todo volverá a su sitio, pero el caso es que es otra señal más. Si ya me voy a lesionar sólo por la frecuencia con la que me voy cayendo dormido sobre los apuntes, algo no va bien.

Servidor, estudiando
Así que a pocas semanas de los exámenes del segundo cuatrimestre clavé los frenos. Suspendí una asignatura y otra la dejé para septiembre (eh, la tercera fue un excelente), pero me quedé tan ancho. He decidido poner orden y lógica a mi vida. No dejo la carrera, más que nada porque ya que la he comenzado ahora no voy a dar por perdido todo el esfuerzo hecho, pero reduciré mucho el tiempo que le dedico. Si después la acabo en doce años en vez de en ocho, pues sea. No voy a dejar de jugar con mis hijos en febrero o junio porque tenga exámenes ni voy a abandonar ese poco tiempo que me queda de ocio, que me regenera la mente y los malos humores por hacer un par de asignaturas más. Nada, nada. No lo necesito para comer (por suerte), por lo que bajo el ritmo y continuo con mi vida. Así que me veréis algo más por aquí y se supone que de mejor humor. Más ludus y menos fugit. Ya era hora, coño...

domingo, 2 de julio de 2017

It Follows (2014)

Hoy toca reseña de otra película de mi genero preferido, el de "no tenia ni puta idea de que iba esto y mira que joyita me he encontrado". Empezamos a tener unos años y unas cuantas películas a nuestras espaldas. Algunas extraordinarias, bastantes buenas y una gran abundancia de mediocres. Muchas de éstas últimas, simplemente por repetir sin gracia fórmulas ya gastadas, una y otra vez. El género de terror es especialmente vulnerable a este defecto.


En estas circunstancias, encontrar una peli que se aleje de estos "patrones" es un gran logro. Y "It Follows" lo es. Es suficientemente diferente a todo, y parte de su gracia es que cuando comienza la película no tienes ni idea de lo que está pasando, solo que es grave y que acojona. Evidentemente, no puedo desvelar el motivo, pero vale la pena pasar esos primeros minutos sufriendo por la incertidumbre. Al fin y al cabo, el cine de terror de basa en "controlar" sensaciones de horror para después apagar la tele y abandonarlas... con mejor o peor resultado. Si una película de terror pudiese suceder el la vida real (me viene a la cabeza, "Demons", que se basa en esa premisa) difícilmente sabríamos desde el minuto cero quien nos persigue, su origen, sus poderes y su talón de aquiles.

El monstruo de "It Follows" (mas allá de lo que indica el título) es diferente, extraño y sobretodo, metódico. Sabes que sigue ahí, que sigue actuando como siempre y no va a desaparecer. Es como la muerte en la fábula árabe de la cita en Samarra. Llegará tu hora, tarde o temprano.

Aparte de la sorpresa del argumento, la película es bastante buena, pero no es un peliculón. Tampoco lo necesita, ni creo que lo pretendiese. Soportaría muy mal una secuela, por ejemplo. Ya está dicho todo lo que había que decir y es ese mensaje que transmite (y cómo lo hace, esa falta de música de fondo en momentos clave, esa fotografía oscura en ambientes urbanos degradados, largos planos mantenidos, casi planos secuencia, donde ves a la gente ir y venir...) lo que le aporta el significado a la película...


...según algunos. Porque existen segundas lecturas muy interesantes sobre la criatura, y que podría no ser tan sobrenatural como parece, sino una manifestación mental de los traumas de la protagonista (¿porqué esa forma final, una criatura que cuando mata, lo hace de esa forma? ¿porqué apenas aparecen adultos, y su interacción es mínima?). Si este fuera el caso, y creo que es plausible, la película se vuelve mucho más terrorífica y desagradable.

Muy buena película, recomendada. Para verla con la mente abierta y luego añadirla a la misma estantería que "Cabin in the Woods" o "Donnie Darko". De esta, hablaremos otro día.

Felices pesadillas.