martes, 1 de julio de 2014

Partida: ¡Aventureros al Tren! Europa

El pasado sábado ocurrió un evento asombroso, pude volver a jugar a un juego de mesa. Increíble, pero cierto. S&M nos invitaron a pasar la tarde en su casa y ya que no habíamos conseguido jugar a nada en años, por cosa de los churumbeles, nos dimos cuenta de que nadie recordaba reglas con garantías de poder jugar a una partida como toca, así que sacamos uno de los fáciles, ¡Aventureros al Tren! Europa.


No voy a reseñar el juego, porque seguro que por la web es fácil encontrar cantidad de reseñas, y este post es más descripción de la partida que del juego, pero sólo indicar que es un juego ganador del premio Spiel des Jahres alemán, sello que la editorial se preocupa de ponerlo bien grande en la caja, para que se vea bien. Y es que el sistema de juego de esta preciosidad es casi tan simple como el mecanismo de un botijo, y sin embargo, es divertidísimo, sobretodo a muchos jugadores. 

Así que sin saber si podríamos hacer más que poner el tablero en la mesa, como pasó las dos ocasiones anteriores que lo intentamos, nos lanzamos a la piscina: DVD de Tom y Jerry en la tele para las mayores y mantita de actividades (cerca de la Sra. Lantern) para el peque... ¡y al ataque! Eramos cuatro jugadores: S., M., mi señora y un servidor. Los primeros tres o cuatro turnos los pasamos cogiendo cartas sin construir rutas. Esto ya comenzaba a pintar mal... y como suele pasar, la construcción de rutas explotó en el mismo turno, y en la misma zona, cerrándonos caminos los unos a los otros. Y será por que es la meca de los juegos de mesa, pero en esta partida, pasó alrededor de Essen, mira por donde.

Conforme avanzaba la partida (y mientras Tom y Jerry subían por la planta de las habichuelas mágicas), comenzó la tensión y las miradas de reojo... ¿porqué no salen cartas de vagones verdes? Nadie sabia nada. Si, claro... Pronto se empezó a masificar el tablero y las rutas simples o estratégicas tenían que ocuparse rápido, ya que con muchos jugadores puedes quedarte sin vías pronto y puntuar negativa la ruta a cumplir. Cada vez nos cerrábamos más y mientras un servidor rascaba los pocos vagones verdes que podía, S. se dedicaba a coger nuevas rutas sin parar. M., simplemente, cogía cartas. Malo.

La tranquilidad de los peques amenazaba con desaparecer. El gigante de los dibujos asustaba a mi hija y el peque se comenzaba a retorcer en los brazos de su madre. La mantita funciona, pero no mucho rápido. Y mientras en el tablero yo intentaba conectar mis rutas para hacer la ruta más larga, completando los últimos caminos. Y mientras S. seguía cogiendo nuevas rutas, M. desveló su plan, hacerse con todos los túneles de ocho, para puntuar más y arrebatarme la ruta más larga. A diferencia de un servidor, que tenía que pagar los túneles con dos y tres cartas más por culpa del azar de las tres cartas siguientes de la pila para los túneles, a M. le salieron casi a precio de coste... y con cartas verdes, mira tu por donde (aunque tampoco puedo quejarme demasiado de la suerte, ya que saqué dos veces dos comodines de la pila de vagones ocultos, así que...).

Resultado final de la partida.
Al final, me quedé sin ruta más larga por un solo trenecito, pero completé todas las rutas. S. hizo tropecientas rutas pequeñas además de la larga, lo que le valió la partida. M. quedó segunda, por culpa de un error en una ruta que no pudo acabar, dijo. Yo quedé tercero, descolgado como quince puntos por tardar en completar rutas. Y la Sra. Lantern hizo lo que bien pudo, con el peque en brazos y lidiando entre las dos mayores, a pocos puntos de mi, por no haber podido acabar una ruta al cerrarle yo el paso. Es una máquina. A veces esta mujer me da miedo...

¿Qué puede aprenderse de esta partida? Hay que arriesgarse a coger nuevas rutas, normalmente sale a cuenta si tienes una larga que cruce Europa ya hecha. Y hay que ser más rápido resolviendo las rutas. Ah, y que la próxima vez pondremos Doraemon y no películas con gigantes.

Buen juego y buena partida. Pero seguro que puede hacerse mejor... creo que reinstalaré el juego de ordenador para ir practicando... otra vez.