sábado, 12 de octubre de 2019

Joker (2019)

El cine es algo maravilloso, eso creo que lo tenemos todos claro. Esa ventana a otras realidades es algo difícil de sustituir. Y aunque pueda pasarnos con muchas aficiones culturales, es en el cine donde más se nota el efecto del cansancio por ver una y otra vez los mismos patrones. Cosas de Hollywood y tener que mantener en marcha sus gigantescas maquinarias de producir... churros, muchas veces. Eso es injusto para muchos productores independientes y de otros países, y precisamente de ahí ha venido la salvación de los últimos años, en que los yankees nos han vomitado encima miles de remakes, secuelas y géneros nuevos, sin guión y sobresaturados de efectos especiales.

Pero, a veces, justo cuando más has abandonado la esperanza, te traen una maravilla. En este caso, a Joaquin Phoenix labrándose una interpretación magistral (ahí no soy el único en vaticinar un óscar) de un personaje... complejo. El villano por excelencia del caballero oscuro, el payaso asesino.


Desde que ganó el León de oro del festival de Venecia la cinta ha estado en boca de todos de manera constante. Desde exageración de que se la considerara como la mejor película de los últimos 20 años (igual después de verla, no te parece tan exagerado) hasta la preocupación de las autoridades de que el éxito de una película centrada en un personaje tal desencadene en una oleada de violencia. Así pues, ¿de qué estamos hablando? ¿Obra maestra o perturbación? Puede que ambas.

Pero partamos del principio. Y para eso voy a tener que pasar por terreno pestilente, así que coged aire. Volvemos al año 2016 en la que se estrenó una mierda extraordinaria denominada Escuadrón Suicida, que no reseñé porque tengo poco tiempo y por eso solo hago reseñas de lo que me gusta y vale la pena comentar. En ella, se sacaron de la manga una interpretación del Joker patética y repugnante. Y no, no porque pueda encajar con la psique del personaje. Un inútil llorón, medio emo y medio modernito, desequilibrado de manera muy histriónica (y eso, hablando del Joker, es grave) que no convenció a nadie. Supongo que la sombra de Heath Ledger era aun muy alargada y había que hacer algo diferente, pero que encajase con el tono "divertido" y "gamberro" que le querían dar a la película. En mi cabeza, más bien me imagino a dos directivos de la Warner, drogados hasta las cejas, imaginándose quien sabe que chifladura tras otra hasta que al final uno le suelta al otro "A que no hay huevos de...". 

El horror, jamás había visto algo tan triste. Es increíble que hasta llegase a acabar de ver esa bazofia de película. Muy bien no debía estar yo aquél día.

 Hasta verlo ahí al final me repugna... (De cinescopia.com)

Incluso César Romero, el Joker de la serie de TV de Batman (la de Adam West y los puñetazos con efectos sonoros en pantalla) era remarcablemente superior. En fin, a lo que íbamos.

Puedo imaginar que después de semejante engendro había que hacer dos cosas. Poner al personaje en barbecho un tiempo o hacer algo muy diferente. Y hacerlo muy bien. Y optaron por la segunda. Y aquí es donde hay que poner, de nuevo, la vista hacia atrás. En la carrera por aprovechar el tirón del cine de superhéroes, Marvel salió con ventaja frente a DC y con una idea muy clara de hacer películas relacionadas, presentando nuevos personajes para nuevas películas como secundarios en las anteriores, y con una línea argumental común que llegase a alcanzar un crossover máximo, como Avengers. Dc llegó tarde y mal, sin haber encontrado su tono, basando lo que hizo en la saga del caballero oscuro, aspecto oscuro y serio, que podía encajarle a Batman, pero que a los demás personajes que tuvo que introducir deprisa y corriendo tuvo resultados irregulares, en el mejor de los casos. Hasta Wonder Woman y Aquaman no han sabido encontrar su lugar.

Aun así, ya han habido Jokers notables en el cine y la televisión. Así que este, me imagino, había que hacerlo perfecto. Tan perfecto de hecho, que hasta se le ha insinuado a la cinta que podría haber sido una gran película igualmente sin el (los) personaje(s) de DC. Y sí, podría. Y sí, igual hubiese recaudado mucho menos. Pero es que, en este caso, todo se complementa.

La historia está perfectamente perfilada, dentro de su simplicidad. Aunque no nos demos cuenta hasta bien avanzada la película, ese hilo argumental es una finísimo encaje de bolillos, tan fino como lo que le queda de cordura al protagonista, Arthur Fleck, un enfermo mental que sobrevive en una degradada Gotham City, sucia y abandonada como una Nueva York en sus peores momentos. Tiene un trabajo precario en una agencia de espectáculos que le permite malvivir con su madre, a la que cuida como buenamente puede. Apenas sin estudios, fantasea con poder ser un cómico en vivo e idolatra al presentador de su programa favorito de humor de televisión. Podemos ir viendo la vida de alguien aquejado de problemas mentales, el ninguneo de la sociedad y el abandono por parte de las instituciones. El protagonista, una persona como podríamos haber sido todos, sobrevive como puede, dadas las circunstancias. Hasta que estas lo obligan a dar un paso al frente, cuando ya no queda más remedio.



Como ya he comentado antes, podría haber sido un drama sobre la deshumanización de la sociedad y el abandono de los enfermos mentales, pero aquí no, no lo es. Porque hay mas, porque Arthur no es cualquiera, y cuando todos le acaban traicionando, incluso ese Robert de Niro con el que fantasea que ocupe el lugar del padre que nunca tuvo, al final surge ese lado oscuro que siempre ha estado ahí, el que puede incluso repugnar a la audiencia, pero que para el protagonista es una liberación. Tal y como él mismo dice, en una frase lapidaria de la película "No he sido feliz ni un solo minuto de mi vida, hasta que al final me he dado cuenta que no es que haya estado viviendo una tragedia, sino que, en realidad, no había visto que mi vida era una comedia".

Para mi, Joker ha sido sin duda, una de las mejores películas de los últimos años, sin discusión. No es una absoluta obra maestra, porque de estas puedes descubrir un puñado en toda tu vida, pero aun así es una película excelente que sabe llevar al realismo más descarnado a un personaje ambiguo y peligroso, que nos gustaba pero aun no le habíamos visto fascinarnos.

Y esto es otro aspecto que la hace especial. Igual que cuando reseñé Avengers: Endgame acabé diciendo que era especial porque había puesto un broche espectacular a una racha de 10 años de películas que habian sabido hacerlas en episodios de una saga con un final apoteósico, aquí me temo que con Joker tendremos algo similar, salvando las distancias. Va a ser una rara avis, no es cine de superhéroes y muy difícilmente podrá repetirse el éxito con cualquier otro personaje de DC. Joker ha sido así porque la han diseñado de forma magistral y sólo ella ha podido acabar siendo así. Cualquier intento de ponerle un superhéroe ahí hubiese dañado de gravedad la historia. Joker es creíble porque podría haber pasado en la realidad, al 100%. 

¿Podríamos decir que es la mejor película del género de los cómics que se ha hecho? Podríamos, si consideramos que la historia es la de un personaje de cómic, en un entorno real. Igual que, de nuevo, para mi gusto, Vengadores son personajes no creíbles en la realidad pero enormes sin haber salido del tebeo. La película es como volver a leer un tebeo con ocho años y un bocadillo de nocilla y un vaso de leche delante. Eso no es Joker para nada, Joker es la historia que te podrías encontrar en un barrio marginal de cualquier ciudad, el loco que te habla por la calle y tu ignoras, sin querer ni tener en cuenta que tragedia ha podido llevarle hasta allí.

Joker es perfecta. Con o sin cómic de por medio. Es perfecta y será única, desgraciadamente. Así que id a verla. Arthur os necesita. Pero... mantened la distancia. Por si acaso.



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