Bienvenidos a otra acojonante entrada del apartado de Cine de Terror de Ludus Fugit. Y esta vez no sólo porque las entradas sean muy buenas y su autor muy modesto, inteligente y viril (ejem...) sino porque, además, hoy presento otra de esas grandes películas de terror que me gusta reseñar. No, una de las mejores películas de terror de los últimos tiempos. No, no, digámoslo tal cual. Hoy reseño la mejor película de terror que yo haya visto en mi vida. Que no las he visto todas, pero sí muchas. Y esta es, con diferencia la mejor. En todo. Así que ya veis, lo de acojonante, tenía más de un sentido. Y este último, de verdad.
Puedo explicar poco de la trama, ya que espero que la veáis (si no lo habéis hecho aún) y que podáis disfrutarla como se merece, y eso implica el no saber demasiado del hilo argumental, aunque algo sí que puedo dejar caer. El argumento de Hereditary parte de una familia disfuncional de los Estados Unidos, los Graham. En principio son una familia como muchas otras, tanto juntos como por separado cada uno de sus miembros tienen sus problemas y sus vidas monótonas y a veces extrañas. La madre, Annie (épica Toni Colette), es una miniaturista que trabaja desde casa realizando encargos, encargos que veremos también le sirven de terapia. Ha tenido una relación algo anormal con su madre que le ha dejado secuelas emocionales. Sus hijos, Peter un adolescente que no encuentra su lugar en el instituto y Charlie, una niña de comportamiento extraño. El padre (Gabriel Byrne) pasa la película dando la sensación que hace lo que puede, aunque a veces está superado por su familia. Aún así, siempre esté ahí para darles su apoyo. Es a partir de la muerte de la madre de Annie que sus sentimientos y sus recuerdos afloran...
Es una película extraordinaria, muy diferente a todo lo que podáis ver en la actualidad. En palabras del escritor y director Ari Aster, ésta (su primera película, nada menos) es "una tragedia que se cuartea en una pesadilla", definición que me gusta, pero creo que me quedo con una que vi en una reseña (posterior, ¡no leáis nada antes de verla!) que, la verdad, ya no recuerdo dónde la encontré, que decía que era una obra maestra del terror cocinado a fuego lento. Y esta (mis disculpas al director) creo que, al menos para mi, encaja a la perfección: terror a fuego lento.
Toda la película tiene una cadencia lenta, muy lenta, como el monótono día a día que podríamos encontrarnos en los momentos más bajos de nuestras vidas, sensación de vacío, a veces penas y tragedias, también con falta de esperanza. El interior de la casa se muestra en multitud de planos, muchos imposibles para una cámara, lo que se consiguió construyéndola en un escenario y montándola y desmontándola para poder forzar los ángulos, lo que lleva a ver el interior de su hogar de la misma forma que los pensamientos y la cordura de la familia, extraños, a veces forzados, siempre diferentes. Igual que una casa de miniatura de las que construye la madre, artificialidad y realidad parecen entrelazarse, de forma sutil, al principio parece que solo por el buena hacer de la miniaturista, pero incluso cuando antes de que comiences a dudar de su salud mental es difícil de diferenciar. Estás casi a media película y aun no tienes claro qué está pasando y porqué los personajes a veces actúan de esa manera, incluso entre ellos, en la misma familia.
Si sois de "susto fácil" tranquilos, nada de un desequilibrado con una motosierra detrás de una puerta, listo para aparecer de golpe. Nada en Hereditary es convencional, nada de gritos o sangre a chorros. Todo pasa a su debido tiempo, por sus causas lógicas y aplastantes. Aunque tengas que llegar casi al final de la película, todo tiene un motivo, aunque no lo hubiésemos sabido cuando se nos mostraba.
De verdad, una gozada de mal rato. De cabeza al top de mi lista de películas de terror favoritas. Creo que ya lo he dejado claro, pero permitidme insistir un poco más: os envidio. Vosotros aun podéis ver Hereditary por primera vez. Feliz canguelo.