De nuevo, el regreso de otro de los juegos sencillitos pero resultones a la mesa de juego. ¿Dos partidas en menos de un mes? Definitivamente o estoy soñando o dentro de Matrix. En el último caso, espero que sea en la primera peli, o nada de lo que diga a partir de ahora tendrá ningún sentido... Vamos allá, que dibago. Hoy toca resumen de la partida a un pequeño gran juego, King of Tokyo.
Contenido del juego básico. Me encantan los contadores de energía... |
Poco misterio tienen las reglas: uno está dentro y otros fuera. El de dentro ataca para que no entren, y los de fuera atacan para entrar. Porque el que está en Tokio gana puntos de victoria cada turno que aguante dentro. Pero no puede curarse, cosa que los otros sí (cobardes...).
Todo va por dados, un numero triple da ese numero de puntos de victoria. 3 + 3 + 3 no es nueve, sino 3 puntos de victoria. El corazón cura, el rayo da energía (con la que comprar cartas que dan poderes especiales) y la garra... la garra son sopapos tamaño XXL, en uno u otro sentido. Y eso son todas las reglas. El primero que llegue a 20 puntos de victoria gana. Y si llegas a 0 vidas, pues mueres, claro.
Mi Gigazaurio, en medio de un amigable intercambio de opiniones con otros dos intelectuales. |
Los dados decidieron que yo comenzaba en Tokio y resistí todo lo que pude ganando puntos de victoria. Pero cuando estaba a sólo 5 puntos de vida, comenzaba a ponerse la cosa difícil así que tuve que retirarme. Si conseguía sobrevivir a los leñazos que me caerían del nuevo rey de Tokio, podría dar buen uso a mis 10 puntos de victoria.
Aproveché la energía conseguida de rebote para comprar una carta de reset de emergencias, "Pero tenía un hijo". Ya había muerto en alguna partida anterior en este juego por apurar demasiado y no quería volver a quedarme viendo la tele mientras los demás se lo pasaban en grande.
Resultado final. Y hasta tuve tiempo de tener un hijo y todo. |
La primera imágen está sacada de la web del editor del juego en españa, Homoludicus.