Buenas! Llegamos al tercer día. Hoy con los chicos hemos hecho experimentos con juegos de química de esos que te dejan la piel teñida unos días, nos han ayudado a recoger y limpiar un poco la casa y hasta hacer la comida. He hecho un bizcocho para merendar que, no es porque lo haya hecho un servidor, pero estaba de put####a madre y hasta hemos podido jugar un ratillo en la terraza.
Por si os parece que esto es poco, pues hemos vuelto a tener un rato para jugar a juegos de mesa. Y hoy he probado de sacar uno un poquillo más complicado para los peques de la casa, el Stone Age.
Si a todos los juegos que voy sacando los llamo juegazos es porque intento quedarme solo con los mejores, pero a este le tengo un cariño especial. Será el tablero de juego superdetallado y colorido, los recursos de madera o el cubilete con los dados, también de madera, pero para mi es una gozada. Y esperaba que lo fuese también para los calabacillos.
Como es de 4 jugadores, hemos hecho un equipo de la Sra. Lantern con el calabacillo pequeño, el resto eran los otros dos calabacillos y un servidor. Pronto el más pequeño ha comenzado a quejarse, jugar con los meeples y los dados no era lo que se pensaba y ha "pedido" (a su manera) un cambio de juego. Con lo que al cabo de 2 o 3 turnos ya teníamos una baja, que ha podido suplir nuestra au-pair. Mientras tanto mi Sra. esposa y el enano mamón se han puesto a jugar, en paralelo, al Speed Cups, del que ya he hablado alguna vez en este blog.
Mientras, en el lado principal de la mesa, la au-pair pillaba el juego casi al vuelo, el calabacillo mayor se dedicaba a acaparar todo el oro del tablero, sin un objetivo claro (¿¿pero este niño que narices es lo que hace con los dados??) y la calabacilla se lo miraba todo con interés... más o menos.
Pronto hemos sufrido la segunda (tercera, más bien) baja, al decidir la calabacilla que prefería ir a jugar con los otros dos, que se habían llevado el Speed Cups a otra habitación, para no exaltarnos mucho más con los botecitos de plástico cayendo al suelo continuamente desde la construcción que hacía con ellos, nueva afición del enano.
Así pues nos hemos quedado tres jugadores, que hemos acabado dejando la partida al cabo de no mucho. Como partida introductoria e ir pillando las reglas ha estado bien e incluso nos hemos divertido de lo lindo, pero las partidas normales (con explicación, además) se hacen demasiado larga para los chicos, incluso para el prospector de oro (¡en serio, esos dados cambian en sus manos!) que también tiene su límite.
Justo cuando guardábamos de nuevo el juego en la caja, oigo como la quinta columna de la familia volvían a jugar a algo en la otra habitación. Resulta ser el Diamoniak, uno de los regalos de reyes de la calabacilla, un juego de cartas infantil, pero ya con cierta chicha. Consigues diamantes para construir tu castillo de hadas, con seis cartas cada color de castillo. Puede caerte una maldición si sacas una bruja, pero verte protegido con un hada. No es precisamente el Advanced Squad Leader, pero para jugar la calabacilla de 8 años con sus amigas, pues no está mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario