lunes, 20 de mayo de 2019

Avengers: Endgame (2019)

Bueno, pues vamos allá. Es difícil ponerse a escribir un reseña de una película como esta. Pero hay que hacerlo, hay que hacerlo. Como cuesta cómo empezar, diré ésto: creo que fue una de las experiencia friki-cinéfila más potente que he vivido en una sala de cine, sino la mayor. Igual que la sala en la que estaba, aplaudimos, nos quedamos sin habla y (creo que no fui el único) alguna lágrima acabé soltando al final. Es cierto que el ambiente en el que estás tiene tendencia a arrastrarte, como los gritos en un campo de fútbol, para los futboleros, pero la ocasión se prestaba a ello. O sea, que si al leer esto que he puesto has sentido vergüenza ajena, mejor no sigas leyendo. Lo que voy a poner sale de dentro de un ex-lector de cómics (ya no hay tiempo) como acto de homenaje a una saga que aunque no sea perfecta, ha sido extraordinaria, en el sentido más amplio de la palabra. Damas y caballeros, comenzamos.

Aviso: artículo Spoiler-free (o esa es la intención), aunque si eres muy listo y sabes sumar 2 y 2, igual acabas entendiendo demasiado. Por si acaso, no dudes en dejar esto para cuando la hayas visto. Merecerá la pena. Ah, y no me responsabilizo de rajadas de terceros en los comentarios.


Bien, partamos de la base de que hacemos trampa. Esto es el cine y cine palomitero de espectáculo trepidante, así no debería extrañarnos mucho. Trampa porque primero, es una película que acaba lo que empezó la primera parte, Infinity War. Que, además, era Avengers III (sin contar esa casi-avengers que era Capitan America: Civil War). Y que, además, ya era una saga que se inició con una película que unió a personajes que ya habian presentado en sus respectivas películas/sagas. O sea, que si has entrado en el cine, ya sabes a lo que vas. Y vamos, entras dando saltitos y aplaudiendo con las orejas. 

La primera de Avengers, no me cansaré de decirlo así, era una perfecta traslación de los cómics Marvel que leíamos de pequeños a la pantalla grande. Lo tenía todo, peleas entre los buenos por melentendidos (un clásico), grandes batallas, ritmo trepidante, peligros imposibles. Hasta los chascarrillos marca de la casa (aunque en el cine con menos humor negro y bastante más para todos los públicos) aparecían de vez en cuando. Era perfecta. Para ser una película de superhéroes, claro. No vayamos a comparar con otros géneros. Tampoco con el universo DC que comenzó tambaleandose al intentar equipararse al esquema muy planeado de Marvel pero con el género casi-adulto y oscuro del Batman de Nolan. Notable, sí, pero es otro tipo de cine. A cada uno le gusta lo que ha mamado y yo apenas caté DC. Es lo que hay.

Supers contra supers. Lo raro es que los supervillanos no le vieran el filón a esto.

Después de 10 años y ventipico películas diferentes, algunas mejores, otras peores (Thor, ¿que te han hecho?) y otras magistrales (sorprendentemente ese Capitán America, especialmente Winter Soldier y Civil War, incluso más ese pseudo-Jason Bourne que la pseudo Avengers). Todas diferentes, supongo que apropósito para que la gente no se cansase. Han sido muchas películas, y todas tienen algo especial. Desde la épica del Capitán America, la pachorra de los Guardianes de la Galaxia, la brutalidad de Hulk. Tal solo discrepo mucho de Thor, que a duras penas pueden salvarse las dos primeras como entretenimiento ligero. En todo caso empezaba a ser un camino ya muy largo. Incluso había quien creía que no se acabaría hasta agotar al público y que el género se quemase a sí mismo. 

Pero hay gente en la Marvel que, listos o no, saben dónde trabajan. Así que había que poner un cierre. Y cuando se hace algo en esta casa, hay que hacerlo a lo grande. Y vaya si lo han hecho. Uno grande y épico, que la gente recuerde durante años. Que después de esto sean ellos los que pidan más, y no que se cansen de otra vez lo mismo. Así que vamos a tirar de épica. Y de amor por los cómics y lo bueno que dejaron en la pantalla. 

Si fuiste al cine a ver Infinity War, saldrías de la sala luchando por volver a respirar después de aquél ritmo imposible y un final apoteósico. Aquel villano que nos dejó a todos con la boca abierta al final de Avengers (¡no puede ser! ¡¡es él!!) no sólo era el villano teje-tramas en la sobra, sino que era capaz de tumbar a Hulk a puñetazos (¡¡¡!!!) sino que además, era paciente, metódico y eficiente el lo que hacía. El Titan loco parecía más cuerdo que nunca, hasta por momentos nos parábamos a pensar si lo que decía tenía sentido. Al final, conseguía su objetivo y aniquilaba a media población del universo, incluyendo algunos personajes conocidos. Porque sí, porque con el guantelete del infinito podía hacer lo que quería. Y lo quiso así.


La película continúa con nuestros héroes rotos y vencidos por el dolor y la pérdida. Sólo cuando una breve esperanza se desvanece tan rápido como aparece, de entre la desesperación aparece una oportunidad, una locura, pero que lo cambia todo...

La primera media hora de película podría decirse que es el duelo por los que se fueron y lo que pasó. Ha sido muy criticada por falta de ritmo (en especial después de la locura que fue el final de Infinity War) pero yo ahí tengo que discrepar. Si sólo saber de Marvel lo que ves en el cine, te has perdido lo mejor, chaval. Es parte intrínseca de los tebeos los personajes lamiéndose las heridas, hundidos, deprimidos, pensando porqué, recordando a los caídos. La humanidad de los personajes, que al principio monopolizó Marvel. Si no has visto a Peter Parker caminar hundido echando de menos a Gwen Stacy y te emocionas al verlos juntos de nuevo al final de la trilogía de las drogas (nota mental, ¡reseña urgente!) o a la Cosa intentando emborracharse de pena al ver la felicidad de su ex-novia Alicia Masters con su compañero y amigo, el joven y alocado Johnny Strorm, es que ni te gustan los cómics ni tienes corazón. ¡Fuera de mi blog, insensible!

Pero tranquilo, eso dura poco. Entonces ya empieza lo mejor. La segunda parte es una extraordinaria oda a todos los buenos y grandes momentos de cine de aventuras pijameras que nos ha dejado esta década de películas Marvel. Y no sólo como un pastiche y recordar lo mejor, no. Un homenaje en toda regla en el que no hay problemas en, si hace falta, reírse de uno mismo o atar cabos que en su momento no existieron. Y hacerlo con gracia. Esta parte no debería haber acabado nunca. Como una vieja road-movie de ciencia ficción, debería haber sido una serie y que durase una temporada entera. Aquí, de san un homenaje a ellos mismo y lo hacen con estilo. Porqué yo lo valgo. Muy grande.

Y, por último, el final. Qué final. QUÉ FINAL. Podría decir tanto, tanto y tanto que prefiero no decir nada. Cuando ya te tienen tan hundido como a los protagonistas, simplemente, ocurre. Es absolutamente genial.

Si ves que solo tienes una oportunidad entre 14 millones, hay que hacer lo que hay que hacer...
A pesar de lo muy entusiasmado que he quedado después de ver y darle vueltas a la película (que volveré a ver, en el cine) debo decir que hay cosas que siguen sin gustarme. Los chacarrillos de humor infantil, por ejemplo. Son muchos menos que en otras de la franquicia, pero siguen saliendo. Ese Hulk en las escaleras es de vergüenza ajena. Y Thor, llevado a la máxima expresión del patetismo. No voy a dignificar esa aberrante encarnación de un personaje mítico con un comentario. Así lo dejo.

Por otro lado, tiene agujeros de guión del tamaño del ego de Thanos, pero que comparándolos con el espectáculo en el que están enrollados, simplemente los ignoras. No pongas esa cara, que has pasado años viendo naves de Star Wars haciendo ruido en el espacio y maniobrando como en la atmósfera, a que sí. Pues eso, que las leyes de la física no te estropeen un buen espectáculo, por tres horas aguantaremos, no?

En resumen: un broche de oro (con seis gemas incluidas, claro) para cerrar un ciclo, por todo lo alto. Sí, cerrar un ciclo porque después de la magnitud de todo esto, no creo que pueda hacerse nada equivalente. Y no digo que no pueda hacerse otra película mejor que ésta (que claro que se hará), sino porque habría que hacer antes veinticuatro películas que revienten la taquilla antes y acabar con algo así. No creo que se pueda. Será diferente, tal vez las partes será mejor aunque el todo lo pueda serlo. Pero mejorar lo que Marvel nos ha dado durante 10 años, aunque se pueda, no será nada fácil si al final hay que ponerle una guinda en el pastel como ésta. Explosiva, gigantesca, dulce y inigualable. Como echaré de menos el cine de superhéroes bien hecho, sin complejos y a lo grande.

Ha sido un viaje muy bonito. Como dice el que lo inició todo, allá por el 2010: Te quiero 3000.

sábado, 11 de mayo de 2019

Reimaginando Star Wars

Buenas a todos, disculpad la lenta cadencia de posts, voy muy MUY pillado de tiempo últimamente (tengo dos finales de curso este año, uno de profe y otro de alumno (risas enlatadas), más unas opos "sorpresa" en las que  quisiera no hacer demasiado el ridículo, más otras historias personales) y voy a tardar un poco en recuperar el ritmo normal de publicaciones. Pero algo iré dejando caer. Cosas rápidas, pero chulas. Como esta.

Cuando salió la primera película de Star Wars, desencadenando la fiebre por el Space Opera (y el merchandising) digamos que en realidad, aunque técnicamente era una pasada, hicieron lo que buenamente pudieron para llegar a acabar la película. Hay reportajes sobre aquellos días en Industrial Light & Magic que dan miedo. Pero no fue hasta desarrollar más la trilogía que descubrieron cómo mejorar aquellos primeros combates con sables de luz. Aunque en El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi los combates son mucho más dinámicos y violentos, los de Una Nueva Esperanza se vieron muy estáticos con el tiempo.



De ahí que un superfan (tanto a nivel de frikismo como de conocimientos técnicos) que se hace llamar FXitinPost se haya currado este corto de siete minutos con el que "actualiza" el combate a cánones más actuales.


A mi me mola bastante. Aunque en su momento siempre creyese que aquel combate tan estático se debía a la prudencia y el respeto que se tenían ambos contrincantes, conscientes de lo que el contrario podía llegar a hacerles en un simple despiste. Son sables de luz, al fin y al cabo.

Que lo disfrutéis.