Uno de los post que tenía pendiente de hace mucho era mi reseña de uno de los "fenómenos" (nótense las comillas) cinematográficos del año, la nueva cinta de Star Wars, para postre el cierre de la última trilogía y, ya puestos, del nuevo renacer de la saga. Y esas cosas que se dicen.
Llego tarde y, no nos vayamos a engañar, sin ganas a esta reseña. Tarde porque ví la película bastantes días más tarde de su estreno, lo que en mí ya es un indicativo de que la cosa no pintaba bien. Fue para esperar a un amigo, el Sr. F., que al final no pudo bajar desde las frías tierras germanas. Pero tampoco supuso ningún sacrificio hacerlo, así de bajo estaba el nivel de hype. Y es que a veces, a pesar de la nostalgia, de la suspensión de la incredulidad, de la ilusión por el espectáculo en pantalla grande y todo eso... no tienes el cuerpo para pastiches.
Así que, después de meditarlo bien durante bastantes días, he decidido cambiar mi formato de reseña habitual. Y la dividiré en dos partes, una únicamente cinematográfica y otra sólo a nivel empresarial. Será lo mejor.
Venga, va. Cuando antes empecemos, antes acabaremos.
1) Space-opera en pantalla grande al canto
Cinematográficamente hablando, no es una mala película a mi modo de ver. Es un espectáculo visual digno de la saga a la que representa. Que no es que sea difícil, especialmente en la época del auge de los efectos especiales digitales. Además, hecho a propósito o no, apenas deja tiempo para pensar, ya que su ritmo frenético te lleva de una escena a otra y de un planeta a otro como si nada. Véase la primera ¿escena? ¿o conjunto de mini-escenas? con Kylo Ren llegando a donde quería llegar en pocos minutos, cuando sólo ese pedazo de argumento podría haber durado lo que hubiese hecho falta. Pero no. Pim-pam-pum y descubrimos al malo (*).
Esto no es que sea malo de por sí, simplemente es extraño y un tanto confuso. Pero una vez has asumido que ese es el ritmo que te va a tocas bailar, la película transcurre en un suspiro. Acción a raudales, combates de sables de luz, nuevos planetas, algún viejo conocido, sorpresas, etc. Todo lo que se le puede pedir a una space-opera.
No es una mala película repito, pero no destaca por nada en especial. Y, tal y como dije en su momento en la reseña de El Despertar de la Fuerza (aquí), eso es algo pésimo para un film que se supone que es un blockbuster galáctico en todos los sentidos. Es lo peor que te puede pasar, dejarte indiferente. Supongo que no es casualidad que, de nuevo, el director sea J. J. Abrams. Y es curioso, porque las dos primeras películas que dirigió de Star Trek me gustaron bastante. Per aquí, no se luce en absoluto. Es más, parece no esforzarse demasiado en apartarse de lo que se espera de la franquicia (*). Cosa que sí hizo Rian Johnson, a pesar de los palos que se llevó.
Resumiendo. Que si tuviese que puntuarla le daría un aprobado justito, justito. De esos inmerecidos por la falta de ganas, pero que no encuentras motivos para no poder ponerlo. Lo pasé bien en el cine, como lo he pasado bien con películas palomiteras con una décima parte del presupuesto de ésta. Y ya ya sabeis mi criterio al respecto, eso es un epic-fail para un supuesto blockbuster. Ahí está el motivo para suspenderla. A pesar de que es entretenida y se deja ver.
2) Engendro empresarial resultado de cobardía y choque de egos
Pues sí. Lo he escrito así tal cual me ha venido pero ya me gusta como ha quedado.
Puede que la película pueda salvarse porque es entretenida y a los fans nos mola Star Wars hasta en los calzoncillos sudados, pero hay veces que es mejor que no le veas los trucos al mago. Aunque el mago no se haya lucido, hay que intentar seguir viendo la magia sea como sea. Y aquí se ha visto el conejo de la chistera desde el minuto uno de rodaje. Puede que no sea fácil en la era de las redes sociales, pero no se han esforzado nada.
¿Habéis visto los asteriscos en la primera parte? Bien, pues es donde he tenido que morderme la lengua, para no rajar antes de tiempo. No me parece bien cómo de ha organizado ni la promoción, ni el montaje ni casi nada de la cinta. Y esto es lo que más rabia me da, que si no llego a saberlo igual hasta hubiese disfrutado con algo más de legitimidad una película que puede disfrutarse.
Pero me jode que desde el primer trailer indiquen quien es el "genio en las sombras" y que luego, te lo pongan ya no en la primera escena, no. Que también. Sino en la mismísima escena de presentación, con el scroll inclinado. Y luego, que intenten ponerlo en pantalla como toda una sorpresa. Alucinante.
Me molesta que J. J. Abrams haya querido deshacer lo que hizo Rian Johnson en la película anterior. Y si es necesario contar (muchas) más cosas en el mismo tiempo, pues se hace. Y que conste que a Rian Johnson no le pararon los pies con el guión definitivo. Esto fué una reacción a las críticas incendiarias del fandom tóxico que está criando esta saga, antaño casi inmaculada de gilipollas sobradillos. Y me molesta. Incluso haciendo lo mismo, nos podríamos haber ahorrado a los Caballeros de Ren, que no pintan casi nada, y nos habriamos quedado todos con unas ganas locas de saber más de ellos. Pero no, que no puede ser que no salieran en la anterior, corre, corre, mételos con calzador.
J. J. Abrams no se desdice de nada de la anterior, pero lo corrige todo. Casi lo primero que dice el malo malísimo (que ya lo podrían haber dejado criando malvas espaciales, la verdad) es que el Lider Supremos Snoke era su peón. Y, por si no había quedado claro, Kylo Ren tenia que pasar por delante de muchos tanques de clonación donde se podían ver sus copias. ¿Quién decías que era ese mindundis? Aquí sólo hay un puto amo... Y suma y sigue, los padres de Rey, Finn, etc...
El colmo de los colmos ya es ningunear a un personaje secundario, Rose, interpretado por Kelly Marie Tran, que fue denostado casi desde el minuto uno por los fans, por su origen asiático. Así que si a los fans tóxicos que escriben mucho por internet no les gusta nada, pues se hace (casi) desaparecer de la cinta y así todos contentos. Perdón por el lenguaje, pero menudo puto asco de gran multinacional poderosísima. El miedo pertenece al lado oscuro, Mickey.
No voy a entrar en el rumor de que podría haber existido un hipotético interés romántico homosexual entre Finn y Poe, que no está confirmado y que tampoco lo hubiese creído posible. Con un besito lésbico de un segundo en plena celebración hay suficiente para el cupo gay, parece ser.
Bueno, dejo la negatividad aquí, que ya he sobrepasado mi cupo. Resumiendo, no me ha gustado que la historia haya sido un fan service cobarde, que podría haber sido mucho más, y se ha quedado demasiado poco, por malas decisiones ¿empresariales? Meh, lo que sea.
Dos apuntes para acabar:
El primero, éste. No se de donde salen estos concepts ni si son oficiales, pero me han gustado MUCHO más que el resultado final que vi en el cine. Me parecen poderosos en su concepción y a la vez respetuosos con el inicio de la saga. De verdad, me hubiese encantado ver algo así.
Por otra parte, os recomiendo no dejar de ver mi próximo post, en el que aparecerá uno de los motivos por el cual entramos en el cine con el hype en negativo. Y no es otra cosa que haber podido disfrutar de lo mejor que ha existido de Star Wars desde el Imperio Contraataca, evidentemente bajo mi punto de vista. Una seriaza que se come con patatas cien veces a El Ascenso de Skyawalker. Y no es otra que, The Mandalorian. En unos días, desgranaré mi fascinación por esta gran GRAN serie. No os lo perdáis.