lunes, 30 de diciembre de 2019

Frankenstein meets the Wolf Man (1943)

Antes de que acabe el año tengo que hacer por lo menos un par de posts que tenía muy atrasados. Uno de ellos es este, proveniente de cuando en las vacaciones de verano me dediqué a ver algunas películas clásicas de terror.

Me encanta este cartel

Frankenstein meets the Wolf Man o Frankenstein contra el Hombre Lobo (por lo visto en castellano tiene que quedar claro que hay un enfrentamiento, no sea que a la entrada del cine alguien piense que ambas criaturas habían quedado para tomar el té) es una muy curiosa aunque extraña película que sirve de continuación tanto a El Hombre Lobo (1941) y El Fantasma de Frankenstein (1942), ambas de Universal (recordad, ahora estamos en tierra yankee, olvidad a la Hammer). Por lo tanto entramos de lleno en el muy popular género de las películas de cruces, tan de moda ahora pero que por aquellas fechas no era nada habitual. De hecho, corre el rumor que el guionista Curt Siodmak bromeó en una comida de trabajo con el productor (y ex-actor y director también) George Waggner acerca de que tenía una gran idea para hacer una nueva película de la saga de los monstruos que le permitiría poder cambiarse el coche. Por lo visto, Waggner, que no era una persona con mucho sentido del humor, abandonó la comida después de oir el título. Posteriormente, llamaría al guionista para decirle que ya podía contar con ese coche nuevo. Así que este último, extrañado, comenzó a preparar el guión.

Y el guión, sigue un esquema de desarrollo clásico de cine de terror, tal y como lo vemos hoy. No de le falta de nada, comenzando por la tétrica (y preciosa, qué bien le queda el blanco y negro) escena de la irrupción de los asaltadores de tumbas al cementerio donde está enterrado, que no muerto, el hombre lobo, hasta el esperadísimo combate final, todo un desenlace abierto de libro. Entre medio, brujas gitanas, bellísimas aristócratas que no saben en que berenjenal se meten, laboratorios en ruinas, científicos locos, pueblos con encanto pero con habitantes desquiciados que guardan horcas y antorchas bien a mano, por lo que pueda pasar. No falta nada.

Igual podría decirse que el numerito musical podría tener un encaje algo forzado. Pero es una película de su época, como todas claro, pero en esa época en concreto supongo que cosas así se daban por sentadas. Y en el peor de los casos, nos ayuda a entender el ataque de impaciencia del bueno del licántropo, que ya tiene que ser complicado no acabar transformado y frenético perdido ante tanto tralarí tralará tirolés, justo cuando lo que tu buscas es la cura y no un espectáculo de fiesta mayor. Santa paciencia a veces...


Mención especial para Bela Lugosi en el difícil papel del monstruo de Frankenstein, en especial si pensamos que se supone (aunque no se haga mención a ello, cortesía de una primera reacción del público muy negativa) que el guión indicaba originariamente que el monstruo estaba ciego como consecuencia del transplante de cerebro de la película anterior de la que proviene. De ahí los brazos alzados y oscilándolos en el combate. Con más de 60 años Lugosi hizo un tremendo esfuerzo para estar a la altura, aunque sufrió episodios de agotamiento que le obligaron a usar extras en determinadas escenas.

También poner en valor la interpretación de Lon Chaney como el hombre lobo, primero angustiado e impaciente por encontrar una cura a su condición, pero una vez transformado salvaje e iracundo. En el combate final el actor se sube a los muebles para lanzarse, cae derribado al suelo pataleando para levantarse al momento, gruñe y rabia.

En resumen, si buscáis cine de terror clásico no puedo dejar de recomendaros esta cinta. Hay que tener en cuenta que cumple lo de clásico para bien y para mal, lo que no quita que no pueda disfrutarse. Un servidor no se cansa de ver esos primeros minutos en el que ese par de desdichados rufianes entran un en un cementerio abandonado, en una fría noche, dispuestos a robar a los muertos. Esa escena es maravillosa. Todo lo que sigue, también.




martes, 24 de diciembre de 2019

¡Felices fiestas!

Buenas noches a todos. Y, ante todo, disculpas por haber tenido abandonado el blog un tiempo. La docencia tiene esas cosas, ahora tendremos dos semanas de vacaciones pero las otras dos semanas de evaluación y reuniones variadas no nos las quita nadie...

En fin, a lo que íbamos. Confio en aun poder hacer un par de artículos más andes de que acabe el año, pero de momento y aunque casi llegue tarde, hay que desearle a todo el mundo unas felices fiestas.

Y cuando digo mundo, me gustaría que pudiesen ser a todos los habitantes del planeta y no sólo de los paises ricos. Que no hubiesen guerras, ni desplazados, ni hambre, ni enfermedades. Todas esas cosas que desgraciadamente olvidamos con tanta facilidad. Ojalá, que fuese el último año que tenga que hacer esta reflexión. Ojalá.

Hace años, John Lennon compuso una canción de navidad preciosa, y sin emgargo, hablando de estas injusticias. Por eso, el villancico de este año es el suyo.

Felices fiestas a todos.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Videojuegos imprescindibles (volumen 3)

¿A que ya no os acordabais de esta sección? ¿No eh? La verdad es que yo tampoco. Entre reseñas de películas, partidas de juegos de mesa, figuras y demás frikerios variados se me han pasado casi dos años y medio con la tercera parte de esta lista en el aire. Eso es algo que vengo a solucionar hoy. Así que ya sabéis amiguetes, si hay sitio en vuestras vidas para unas cuantas horas más de machacar botones de los marcianitos, apuntad estos títulos.

Si la primera lista eran los 10 absolutamente imprescindibles y la segunda parte del artículo eran 10 más, igualmente notables, pero que no habían conseguido llegar hasta el top 10 por diferentes razones, esta tercera son los que aun son muy buenos juegos, pero que tienen algo, alguna pequeña particularidad que los lastró un poco en la lista. Aun así, sigue valiendo la pena jugarlos y/o recordarlos. ¿Vamos allá?

30.- Pac-Man (PC).
El clásico entre los clásicos. Un comecocos del que dicen que su creador pensó en el protagonista en una pizzeria, después de retirar a la pizza de la mesa el primer trozo. Es un gran juego, lo malo es que a pesar de sus virtudes, que las tiene, ha quedado un poco viejo y se ve algo monótono. Algo injusto, ya que no solo ha sido uno de los grandes títulos de la historia de los videojuegos, sino que sigue jugándose a dia de hoy. Aunque sea a partidas sueltas de vez en cuando, seguimos comiendo cocos e intentando fijarnos bien en los ojos de los fantasmas para ver hacia donde van a moverse y evitar que te corten el paso. Mi generación no olvida que incluso tuvo una serie de TV e incluso un juego de mesa.



29.- Cadillacs & Dinosaurs (Neo-Geo)
Ay, la Neo Geo. Esa consola "de ricos" que te permitía tener videojuegos como los de las recreativas, pero en tu casa. ¿La recodáis? Yo tampoco, pero ya hace unos años que podemos disfrutar de emuladores y miniconsolas que permiten jugar a sus juegos. Y para mi, uno de los mejores, que recuerdo incluso de las recreativas a las que nos escapábamos durante el recreo de 1º de BUP, era Cadillacs & Dinosaurs. Basado en un comic indie, con encontramos en un mundo post apocalíptico estilo Mad Max, pero eso sí, con cochazos con estilo, y no ruinas modificadas en plan salvaje. Ah, y dinosaurios. Y mutantes. Mucha lucha contra todos, incluso pantallas en las que puedes usar tu Cadillac para atropellar (literalmente) a casi todos los enemigos. Muchas armas a utilizar, sprites gigantescos y hostias como panes en un titulo cortito pero mítico.



28.- Titus the Fox (PC)
Este estuvo a punto de quedarse fuera de la lista, porque apenas lo recordaba, a verdad. Y eso que era un gran juego. Un zorrete la mar de simpático que sobrevive como puede en un arcade horizontal, vertical y como haga falta, a través de una ciudad hostil y con aspecto sucio y descuidado. Muy bueno, pero muy MUY difícil. Había barra de vida que apenas duraba y no recuerdo bien si habían continuaciones, la verdad, pero sí que recuerdo que era muy jodido, era como una especie de Super Mario o Sónic, sólo que en un ambiente realista de barrio, donde cada caja, cada maceta había que usarla bien para poder llegar hasta el final. Encima, ese scroll lateral no continuo no ayudaba nada. Podrías tener un enemigo a 2 cm de tí (y que, encima, el sí te veía y te atacaba) pero tu no lo podías ver hasta que el scroll avanzaba. De los difíciles con ganas que llegué a jugar.



27.- The House of the Dead II (PC)
Se supone que proviene de una recreativa de aquellas de apuntar con un revólver simulado que tenías que recargas, siempre en el peor momento. Pero jamás la ví ni la usé, en cambio, este videojuego tiene el honor de ser, con diferencia, el que más nos ha picado a un sra. esposa y a mí, en nuestra época de novios. Justo cuando ella tenía que presentar su proyecto final de carrera y sin ordenador en casa, me llevé el mio para ayudarla y nos estuvimos casi una semana encerrados acabando los últimos detalles casi hasta el último minuto. Lo único que hacíamos aparte de trabajar era pegar tiros a zombis para desestresarnos un poco, al final del día. Es otro juego cortito, pero intenso, donde poder recargar con el botón derecho del ratón es un lujo que los sufridos jugadores de la recreativa no tenían. Visión frontal, zombies variados a cascoporro, sustos traidores y tensión a flor de piel. Se podía jugar dos personas a la vez, pero en un PC normal, el ratón y poco más dejaba opciones al tiroteo.



26.- Alex Kidd in Miracle World (Sega Master System II)
Este juego estaba incorporado en la memoria de mi primera (y hasta la llegada de la Wii, única) consola e videojuegos. Un jueguecillo que en principio parecía tener poco que ofrecer, pero que acababa trayendo muchas sorpresas. Un arcade simpático sin mas, que comenzaba a tener chicha cuando veías la gran cantidad de enemigos diferentes que podías tener, te dabas cuanta que podías jugar bajo el agua, el helicóptero (si no te derribaban y te tocaba volver al suelo), en moto, etc. Muchos objetos útiles y, para mi, lo más cachondo de todo, poder luchar contra los enemigos finales a... ¡piedra, papel o tijeras! Sin ser nada del otro mundo, un título entrañable y cachondo como pocos.



25.- Cannon Fodder (PC)
Que se llame Carne de Cañón ya puede indicaros por dónde sopla el viento. Un título bélico de aspecto humorístico en el que llevas a un comando de soldados en la guerra, a conseguir objetivos y cumplir misiones. Con un humor negro perturbador que hace que incluso la cola de tus reclutas pase por delante de un cementerio con tantas lápidas como bajas hayas tenido, cada recluta (y lápida) con nombre y apellidos, es a tener en cuenta e incluso no disimular la imprescindible crítica a los horrores de la guerra. A pesar de que después no tenga reparos en mostrar a tus compañeros desangrándose al no haber podido morir de un tiro limpio. Muchas opciones de armamento y vehículos y una dificultad odiosa, elevan este título al juego de imprescindible, tristemente olvidado, y dificilisimo de conseguir a día de hoy.



24.- Warcraft II: Tides of Darkness (PC)
Cuando se habla de la saga de WarCraft, normalmente suele hablarse del World of WarCraft, por eso de que Blizzard habrá ganado una fortuna con él, o si no, de éste otro. Porque éste fue, de hecho, el que elevó el nombre de la saga al estrellato. Si habéis jugado al primero... bueno, era justito y dificil de controlar. Aquí se puso toda la carne en el asador para conseguir una jugabilidad vertiginosa, una gran cantidad de unidades, todas distintas y todas válidas si las conseguías llegar a jugar bien (esos goblins kamikazes, que costaba horrores de que no te explotasen en los morros) y un sentido del humor escacharrante. Mención especial a su ampliación, que por lo visto quería arrebatarle a Titus the Fox el honor de ser el juego más jodido del siglo. El siguiente juego de la saga, el III, perdió simplicidad al añadir más detalle y se resiente por ello.



23.- Golden Axe (Sega Mega Drive)
Oh... que culpable me sentí de no haber pensado en este juego. Tuvo el duduso honor de ser el juego en el que más monedas de 25 pesetas gasté en la recreativa, en la ya mencionada y (por suerte) brevísima época en la jugaba en las recreativas. Además, cuando (creo) que yo era el único que jugaba en ella. Seamos sinceros, el juego es muy simple, pero destila carácter. Tres personajes, multitud de enemigos diferentes, monturas ¡MONTURAS!, enemigos gigantescos y durísimos, posibilidad de perder toda tu vida dando un mal paso al lado de un precipicio (igual que los enemigos, si sabias llevarles hasta allí), magia, goblins ladrones, mapas... ¿No está mal para ser un "simple" arcade, no? Juegazo que, de vez en cuando, vuelvo a visitar en un emulador. Secuelas, la II corregida y (en según qué cosas) mejorada y la III muy diferente. Casi olvidable.



22.- Shadow Dancer (Sega Genesys)
Un arcade de scroll lateral, mejorando en mucho a su predecesor, el clásico Shinobi. Poco que decir al respecto, ninja con shurikens esta vez acompañado de un perro (ninja también, supongo) para desbloquear situaciones complicadas. Gran cantidad de enemigos, dificultad tirando a alta porque te matan al primer impacto, con lo que saber esquivar, esconderse y huir (vamos, lo típico que nunca haces en un videojuego, por lo menos en los más antiguos) se vuelve imprescindible. Ligero y típico, pero suficientemente intenso para disfrutarlo.



21.- Lost Vikings (PC)
Un puzzle divertidísimo, de la época en la que Blizzard, sí, Blizzard, hacia algo más que lucrarse de sus marcas establecidas. Tres vikingos raptados por alienígenas que tienen que huir de ellos para volver a su hogar. Eso sí, los tres con habilidades diferentes, que deberán colaborar para poder conseguir su objetivo. Uno era ágil y saltaba. Otro, tenía un arco y flechas. El tercero un escudo para bloquear ataques, subir a sus compañeros encima e incluso planear con él. La combinación de sus habilidades particulares, bien combinadas, te permitían llegar al final del nivel. Por suerte, podías obtener el código de cada fase, para ir directo a la que te tocaba sin tener que empezar cada vez de cero (precursor de la opción de grabar la partida). Juegazo que hasta sus propios creadores dejaron pudrirse en un rincón...




Bueno, y hasta aquí la lista. Podría seguir, pero ya sería excesivo. Hay muchos más que disfruté y que se merecerían tener su momentito de recuerdo (Fury of the Furries, Another World, North & South, etc) pero a pesar de sus virtudes (que las tienen) por algún motivo en mi subconsciente no los tengo entre mis mejores. Eso es hoy, mañana puedo opinar diferente.

Ahora que he puesto el Another World... ese era un juegazo...

Espero que os haya gustado esta humilde lista. Si os habéis sentido ya muy mayores al leerla... bienvenidos al club...

sábado, 2 de noviembre de 2019

Especial Halloween (3/3): El jinete sin cabeza

Y he aquí el tercer y último post del especial de halloween de todos los años. Hoy se lo dedico a otro personaje legendario, muy popular dentro de la cultura popular y que suele recodarse por estas fechas (al igual que la calabaza iluminada de la que tomo mi apodo). Estoy hablando del jinete sin cabeza.

Osprey Publishing

Si como yo, habeis leído mucha literatura gótica de terror, conocereis el libro de Whashington Irving, La Leyenda de Sleepy Hollow, de 1820, en el que se describe como el protagonista Ichabod Crane tiene que vérselas con un espectro del averno, un no muerto sin cabeza que cabalga sobre una montura negra endemoniada.

De wikipedia.org
En el libro se narra el origen de la criatura, un soldado mercenario Hessiano (paramilitares germánicos a las órdenes de la corona británica durante la guerra de la independéncia de Estados Unidos) que durante una batalla perdió la cabeza del disparo de una bala de cañón. Siendo imposible recuperarla al haber sido esparcida por todo el campo de batalla, sus compañeros de batallón enterraron el resto de su cuerpo en el cementerio de la localidad de Sleepy Hollow, de donde se levanta cada noche de difuntos, con gran ira y desasosiego, buscando recuperar su cabeza perdida.

El jinete sin cabeza persiguiendo a Ichabod Crane, de John Quidor (1858)
Wikipedia.org

A pesar de que este sea uno de los orígenes más conocidos, no es el único ni el más antiguo de ellos, dicho sea de paso. La novela bebe de fuentes europeas mucho más antiguas, como el Dullahain irlandés, el Caballero Verde artúrico o la de las muchas versiones de la leyenda de la cacería salvaje, incluyendo la versión catalana de la misma, con el pérfido Comte Arnau, otro tipejo que si existió, era para darle de comer aparte. Pero como suele decirse, ésta es otra historia y deberá contarse en otra ocasión.

Si os fascina el personaje (como a mi, que con estas cosas disfruto más que un gorrino en una charca) podéis encontrar una gran cantidad de apariciones suyas, más o menos fidedignas a los diferentes orígenes que hemos comentado, en muchas películas, series y otros medios audiovisuales, de los cuales os recomendaría unos cuantos:

1) Cine: Sleepy Hollow, de Tim Burton
Qué puedo decir del maestro Tim Burton. Aparte que tiene algunas de las mejores cintas de animación de género de comedia fantástica/terror del cine, tiene un toque especial para sus películas. Si además puede hacer su tandem habitual con su actor fetiche Johnny Depp pues mucho mejor. A pesar de la gran labor de mezclar el rigor histórico en los detalles con la comedia y el terror, cambiando de género en segundos, según dónde y cómo aparece o se intuye al jinete y de la alucinante fotografía y interpretaciones casi oníricas de los recuerdos del protagonista... la verdad es que no dejo de sorprenderme de las malas críticas que tiene. Para mi, una obra maestra.

"Rodarán cabezas" Menudo eslógan bien escogido


2) Serie: Sleepy Hollow
Esta serie, no demasiado conocida, apareció en el 2013 y es un un drama sobrenatural acerca de la leyenda de los personajes de la novela. A pesar de las diferencias en el origen de los personajes (ambos se matan mutuamente durante la guerra de independencia, pero debido a la interferencia de la magia, enlazan sus destinos, así que cuando Ichabod despierta en el siglo XXI también lo hace el jinete) es de las versiones que más detalle pone en el origen hessiano del jinete y el ambiente bélico del trasfondo de la historia. La primera temporada, incluyendo la segunda si me apretáis están bastante bien, pero pronto la serie se convierte en un procedimental de ambientación sobrenatural como hay mucho otros (y mejores) con lo que la serie se canceló en el 2017. Ni la acabamos de ver, la verdad. Aun así, la primera temporada es más que disfrutable.

Entrepreneur.com

3) Libro: La Leyenda de Sleepy Hollow, de Washington Irving
Cómo no, hay que recomendar el libro. Es cortito y muy interesante. Además, si no teneis claro que pueda gustaros, puede leerse online, ya que han expirado sus derechos, por su antiguedad. El proyecto Gutemberg tiene la versión inglesa del mismo online, para vuestro disfrute, aquí. El libro es una selección de muchos relatos fantásticos europeos que Washington Irving recopiló durante el tiempo que vivió en Europa, muchos entrelazando el romanticismo, el terror y el género fantástico. Un imprescindible.

4) Dibujos animados: Ichabod Crane and Mr. Toad
El nombre es curioso, porque no tienen nada que ver ambos personajes, más allá de que comparten película, cada uno en su propio corto animado. La parte de Ichabod Crane es una curiosidad extraña, en la que un corto infantil tiene un tono oscuro y terrorífico (ojo con éste y los niños pequeños), incluyendo un supuesto final feliz que ni siquiera el narrador se esfuerza en disimular que podría no haber sido así. Menos infantil de lo que podría parecer.



Estos serían los mejores, lo que no quita que os podáis encontrar referencias suyas en muchas otras series, música y videojuegos, donde, por ejemplo, la aparición en el evento de Halloween de World of Warcraft era una auténtica pasada. Y podías conseguir incluso su caballo como recompensa, en caso de derrotarlo. Lo que no era fácil, precisamente.


Espero que hayáis disfrutado de los tres posts de este año. El que viene, si es posible, más y mejor.

viernes, 1 de noviembre de 2019

Especial Halloween (2/3): Truco o trato

¿Que tál, como fue anoche? ¿Os dieron por el culo molestaron mucho los vecinitos de la comunidad llamando a la puerta cuando ya tendrían que haber estado en la cama por la noche para pedir dulces con la puta frasecita yankee de los huevos la famosa frase de "Truco o trato"?

Pues bien, aquí al amigo Jack O'Lantern, que para eso fue el puto subnormal que inició la costumbre por haberse dedicado a tocarle las pelotas molestar al diablo en vez de haberse quedado en su camita cascándosela descansando (ver aquí), os explicará de donde viene la tradición yankee metida con calzador americana de dicha frase, porqué está mal adaptada (vamos, no me jodas maripili por si no estaba ya claro), lo que os irá muy bien para que el proximo año si os vuelven a llamar a la puerta a las tantas, en vez de darles un buen par de hostias golosinas, les solteis este rollo con lo que saldrán huyendo como si hubiese abierto la puerta Belcebú in-person.

La culpa es de los padres... que les dejan vestirse así (foto de lavozdegalicia.com)
Para empezar, "trick or treat" que es la frase original no se traduce como "truco o trato". Trick en realidad es una travesura y treat un dulce o golosina. Pero claro, travesura o golosina es más largo, menos facil de recordar para niños pequeños y foneticamente no suena a repetición, por lo que en vez de usar una traducción de significado se usó otra más fonética. 

O sea, nos pasamos por el forro la traducción y ponemos algo que se parece más o menos y que de alguna manera mantiene la idea de la frase original.

Explicadle esto a los vecinitos y no volverán a llamar avuestra puerta jamás para pediros caramelos como si fuesen los protagonistas de Stranger Things. Si encima les decís que esto de que las palabras se parezcan aunque sean diferentes se llama paronomasia, ya los teneis dormidos en vuestro propio umbral en un segundo.

La filologia, esa amiga fiel, tan ignorada...

Mañana, tercer y último post del especial de Halloween, con un amigo muy especial.


jueves, 31 de octubre de 2019

Especial Halloween (1/3): The Monster Mash

¡Bienvenidos, criaturas de la noche! Entiendo que como la inmensa mayoría de gente por estas fechas hace tiempo que os habeis rendido al opresor y acabais dando por perdida la oportunidad de celebrar la noche de todos los santos o la castañada sin que aparezca por enmedio el inevitable halloween.  Bienvenidos al club. Pero por lo menos, aprovechad para escoger lo mejor de esta fiesta ajena y acomodadlo entre las castañas y los boniatos.

Como cada año, haré un especial de tres posts, en celebración de tan extrañas fechas. Y hoy, toca música. Es curioso, porque el año pasado puse una lista de 10 canciones que, de alguna manera, relacionaba con el miedo que se supone que sentimos esta noche. Y al no poco tiempo descubrí que faltaba un clásico. Tal vez no muy conocido por aquí, aunque cuando la ponga, os sonará muchísimo. Pero en el mundo anglosajón es un indiscutible, es imposible que no hayáis visto series, películas o incluso algún videojuego ambientado en halloween que no tenga esta canción en alguna parte.

Y hablo del Monster Mash.



Al parecer Bobby Picket era un aspirante a actor profesional y cantante aficionado que en una de sus actuaciones se puso a imitar al gran Boris Karloff. Esta imitación gustó bastante y pronto no solo sus compañeros de banda le pedían que la repitiese, sino que incluso acabó componiendo una canción inspirada junto a su compañero Lenny Capizzi. El tema, que parodiaba un estilo de baile de moda en el principio de la década de los 60, el Mashed Potato (puré de patatas, que diríamos aquí) que popularizó en sus conciertos James Brown.

Así pues, el protagonista de la canción, un científico loco, se encuentra al entrar en su laboratorio que su criatura baila un nuevo ritmo. Incluso hay una breve imitación de Bela Lugosi, con ese "¿Y qué le ha pasado al Twist de Transilvania?". La respuesta es, precisamente, esta canción. Con la que todos los monstruos clásicos del cine de terror son invitados al laboratorio e, incluso, se acaba invitando a los vivos a unirse a ella.

Esta canción tardó en airearse por la BBC británica por ser demasiado siniestra... lo que hay que oir, ¿eh? 

En fin, espero que os guste. Mañana volvemos a vernos con otro post terrorífico.




I was working in the lab, late one night
When my eyes beheld an eerie sight
For my monster from his slab, began to rise
And suddenly to my surprise

He did the mash, he did the monster mash
The monster mash, it was a graveyard smash
He did the mash, it caught on in a flash
He did the mash, he did the monster mash

From my laboratory in the castle east
To the master bedroom where the vampires feast
The ghouls all came from their humble abodes
To get a jolt from my electrodes

They did the mash, they did the monster mash
The monster mash, it was a graveyard smash
They did the mash, it caught on in a flash
They did the mash, they did the monster mash

The zombies were having fun, the party had just begun
The guests included Wolfman, Dracula, and his son

The scene was rockin', all were digging the sounds
Igor on chains, backed by his baying hounds
The coffin-bangers were about to arrive
With their vocal group, 'The Crypt-Kicker Five'

They played the mash, they played the monster mash
The monster mash, it was a graveyard smash
They played the mash, it caught on in a flash
They played the mash, they played the monster mash

Out from his coffin', Drac's voice did ring
Seems he was troubled by just one thing
He opened the lid and shook his fist and said
"Whatever happened to my Transylvania Twist?

It's now the mash, it's now the monster mash
The monster mash, it was graveyard smash
It's now the mash, it caught on in a flash
It's now the mash, it's now the monster mash

Now everything's cool, Drac's a part of the band
And my Monster Mash is the hit of the land
For you, the living this mash was meant too
When you get to my door, tell them Boris sent you

Then you can mash, then you can monster mash
The monster mash and do my graveyard smash
Then you can mash, you'll catch on in a flash
Then you can mash, then you can monster mash

Mash good!
Easy, Igor, you impetuous young boy
Mash good! Grrr!
Writer/s: Leonard Capizzi, Bob Pickett

sábado, 12 de octubre de 2019

Joker (2019)

El cine es algo maravilloso, eso creo que lo tenemos todos claro. Esa ventana a otras realidades es algo difícil de sustituir. Y aunque pueda pasarnos con muchas aficiones culturales, es en el cine donde más se nota el efecto del cansancio por ver una y otra vez los mismos patrones. Cosas de Hollywood y tener que mantener en marcha sus gigantescas maquinarias de producir... churros, muchas veces. Eso es injusto para muchos productores independientes y de otros países, y precisamente de ahí ha venido la salvación de los últimos años, en que los yankees nos han vomitado encima miles de remakes, secuelas y géneros nuevos, sin guión y sobresaturados de efectos especiales.

Pero, a veces, justo cuando más has abandonado la esperanza, te traen una maravilla. En este caso, a Joaquin Phoenix labrándose una interpretación magistral (ahí no soy el único en vaticinar un óscar) de un personaje... complejo. El villano por excelencia del caballero oscuro, el payaso asesino.


Desde que ganó el León de oro del festival de Venecia la cinta ha estado en boca de todos de manera constante. Desde exageración de que se la considerara como la mejor película de los últimos 20 años (igual después de verla, no te parece tan exagerado) hasta la preocupación de las autoridades de que el éxito de una película centrada en un personaje tal desencadene en una oleada de violencia. Así pues, ¿de qué estamos hablando? ¿Obra maestra o perturbación? Puede que ambas.

Pero partamos del principio. Y para eso voy a tener que pasar por terreno pestilente, así que coged aire. Volvemos al año 2016 en la que se estrenó una mierda extraordinaria denominada Escuadrón Suicida, que no reseñé porque tengo poco tiempo y por eso solo hago reseñas de lo que me gusta y vale la pena comentar. En ella, se sacaron de la manga una interpretación del Joker patética y repugnante. Y no, no porque pueda encajar con la psique del personaje. Un inútil llorón, medio emo y medio modernito, desequilibrado de manera muy histriónica (y eso, hablando del Joker, es grave) que no convenció a nadie. Supongo que la sombra de Heath Ledger era aun muy alargada y había que hacer algo diferente, pero que encajase con el tono "divertido" y "gamberro" que le querían dar a la película. En mi cabeza, más bien me imagino a dos directivos de la Warner, drogados hasta las cejas, imaginándose quien sabe que chifladura tras otra hasta que al final uno le suelta al otro "A que no hay huevos de...". 

El horror, jamás había visto algo tan triste. Es increíble que hasta llegase a acabar de ver esa bazofia de película. Muy bien no debía estar yo aquél día.

 Hasta verlo ahí al final me repugna... (De cinescopia.com)

Incluso César Romero, el Joker de la serie de TV de Batman (la de Adam West y los puñetazos con efectos sonoros en pantalla) era remarcablemente superior. En fin, a lo que íbamos.

Puedo imaginar que después de semejante engendro había que hacer dos cosas. Poner al personaje en barbecho un tiempo o hacer algo muy diferente. Y hacerlo muy bien. Y optaron por la segunda. Y aquí es donde hay que poner, de nuevo, la vista hacia atrás. En la carrera por aprovechar el tirón del cine de superhéroes, Marvel salió con ventaja frente a DC y con una idea muy clara de hacer películas relacionadas, presentando nuevos personajes para nuevas películas como secundarios en las anteriores, y con una línea argumental común que llegase a alcanzar un crossover máximo, como Avengers. Dc llegó tarde y mal, sin haber encontrado su tono, basando lo que hizo en la saga del caballero oscuro, aspecto oscuro y serio, que podía encajarle a Batman, pero que a los demás personajes que tuvo que introducir deprisa y corriendo tuvo resultados irregulares, en el mejor de los casos. Hasta Wonder Woman y Aquaman no han sabido encontrar su lugar.

Aun así, ya han habido Jokers notables en el cine y la televisión. Así que este, me imagino, había que hacerlo perfecto. Tan perfecto de hecho, que hasta se le ha insinuado a la cinta que podría haber sido una gran película igualmente sin el (los) personaje(s) de DC. Y sí, podría. Y sí, igual hubiese recaudado mucho menos. Pero es que, en este caso, todo se complementa.

La historia está perfectamente perfilada, dentro de su simplicidad. Aunque no nos demos cuenta hasta bien avanzada la película, ese hilo argumental es una finísimo encaje de bolillos, tan fino como lo que le queda de cordura al protagonista, Arthur Fleck, un enfermo mental que sobrevive en una degradada Gotham City, sucia y abandonada como una Nueva York en sus peores momentos. Tiene un trabajo precario en una agencia de espectáculos que le permite malvivir con su madre, a la que cuida como buenamente puede. Apenas sin estudios, fantasea con poder ser un cómico en vivo e idolatra al presentador de su programa favorito de humor de televisión. Podemos ir viendo la vida de alguien aquejado de problemas mentales, el ninguneo de la sociedad y el abandono por parte de las instituciones. El protagonista, una persona como podríamos haber sido todos, sobrevive como puede, dadas las circunstancias. Hasta que estas lo obligan a dar un paso al frente, cuando ya no queda más remedio.



Como ya he comentado antes, podría haber sido un drama sobre la deshumanización de la sociedad y el abandono de los enfermos mentales, pero aquí no, no lo es. Porque hay mas, porque Arthur no es cualquiera, y cuando todos le acaban traicionando, incluso ese Robert de Niro con el que fantasea que ocupe el lugar del padre que nunca tuvo, al final surge ese lado oscuro que siempre ha estado ahí, el que puede incluso repugnar a la audiencia, pero que para el protagonista es una liberación. Tal y como él mismo dice, en una frase lapidaria de la película "No he sido feliz ni un solo minuto de mi vida, hasta que al final me he dado cuenta que no es que haya estado viviendo una tragedia, sino que, en realidad, no había visto que mi vida era una comedia".

Para mi, Joker ha sido sin duda, una de las mejores películas de los últimos años, sin discusión. No es una absoluta obra maestra, porque de estas puedes descubrir un puñado en toda tu vida, pero aun así es una película excelente que sabe llevar al realismo más descarnado a un personaje ambiguo y peligroso, que nos gustaba pero aun no le habíamos visto fascinarnos.

Y esto es otro aspecto que la hace especial. Igual que cuando reseñé Avengers: Endgame acabé diciendo que era especial porque había puesto un broche espectacular a una racha de 10 años de películas que habian sabido hacerlas en episodios de una saga con un final apoteósico, aquí me temo que con Joker tendremos algo similar, salvando las distancias. Va a ser una rara avis, no es cine de superhéroes y muy difícilmente podrá repetirse el éxito con cualquier otro personaje de DC. Joker ha sido así porque la han diseñado de forma magistral y sólo ella ha podido acabar siendo así. Cualquier intento de ponerle un superhéroe ahí hubiese dañado de gravedad la historia. Joker es creíble porque podría haber pasado en la realidad, al 100%. 

¿Podríamos decir que es la mejor película del género de los cómics que se ha hecho? Podríamos, si consideramos que la historia es la de un personaje de cómic, en un entorno real. Igual que, de nuevo, para mi gusto, Vengadores son personajes no creíbles en la realidad pero enormes sin haber salido del tebeo. La película es como volver a leer un tebeo con ocho años y un bocadillo de nocilla y un vaso de leche delante. Eso no es Joker para nada, Joker es la historia que te podrías encontrar en un barrio marginal de cualquier ciudad, el loco que te habla por la calle y tu ignoras, sin querer ni tener en cuenta que tragedia ha podido llevarle hasta allí.

Joker es perfecta. Con o sin cómic de por medio. Es perfecta y será única, desgraciadamente. Así que id a verla. Arthur os necesita. Pero... mantened la distancia. Por si acaso.



domingo, 29 de septiembre de 2019

Masters del Universo: Edición especial coleccionista

Porque, a veces, no hay autocontrol que valga cuando ves una preventa anunciada de una edición de coleccionista de una peli de tu infancia. Porque incluso esa peli que no te gustó demasiado de pequeño puedes llegar a verla mejorar con los años. Porque cuando entiendes cómo se rodó y lo que tuvieron que pasar los involucrados, en el fondo, crees que se merecen este pequeño homenaje. Por todo ello, hoy el cartero me ha traído la edición especial coleccionista de una película... especial. En muchos sentidos. No necesariamente todos ellos buenos para todo el mundo. Pero, por lo menos para mi, sí que es especial de una forma positiva. 

Imdb.com

¡Los Masters del Universo! Sí, de 1987, cuando ya los muñecos estaban empezando a perder su fuerza con los chavales. Y además de llegar tarde, llegó pasada por un tamiz ochentero (que, entonces, tampoco era tan extraño) y con un extraño regusto a un Star Wars de serie B. Aun así, fuimos todos a verla ilusionados, cómo no. A un servidor le llevó su abuela por navidades (si no recuerdo mal), y me consta que aunque la buena mujer hizo lo que pudo por aguantar, acabó durmiéndose en el cine para despertarse de golpe al volverse a encender las luces diciendo "pues es una película muy bonita para niños".  XD

La verdad es que aunque salí un poco decepcionado, tal vez porque esperaba algo más espectacular, a la altura de las épicas batallas que me montaba en mi habitación con todos los muñecos que tenía, tampoco salí con sensación de haber visto un bodrio. Sí, habían cambiado muchas cosas, pero habían viejos amigos, acción, drama, efectos especiales y muchas cosas que en otras películas nos habrían encantado. Simplemente, teníamos unas expectativas excesivas. Aun no habíamos oído hablar de la Canon Films (ver aquí).



Con el tiempo, aprendes a valorar el gran esfuerzo que hizo Dolph Lundgren no solo por superar el ridículo de interpretar a un juguete, sino además por tener que estar pendiente de aguantar ese peinado (no lo digo yo, lo dijo él mismo) o como Frank Langela, por lo visto igual de padrazo que de actorazo, aceptó el papel de Skeletor para hacer feliz a su hijo, dando lo mejor de su oficio para dotar de algo de profundidad al personaje. Por no hablar de que el director, Gary Goddard, tuvo incluso que poner dinero de su bolsillo para poder acabar la película con la escena que quedaba (esa pelea final entre luces de colores). Jamás volvió a dirigir.

Así que, por cosas como esas, y por mi mismo y que me apetecía tenerla, hoy toca reseña, no de la peli en sí misma (ya llegará) sino de la edición. Una edición limitada a 2000 unidades, que vendrá a ser algo así como la cantidad de fans de la película. Así que vamos allá:

Carátula de la caja metálica, con relieve

El cartoncillo posterior, que puede quitarse. Yo lo he recortado
por los laterales y metido en el interior, con las postales.

La parte posterior, sin el cartón de las características

Eso que se ve no es el dorso, sino la parte de la caja donde se abre. Parece que
encima tiene un cartón estrecho y alargado cutre, pero no es el caso...

¡Es un imán! Muy poco práctico para dejarlo ahí una vez desprecintado el bluray.
¿Qué hago con él? ¿lo pego en la nevera?

Vista interior. A la izquierda las postales. A la derecha el disco.

La caja vacía, sin postales ni disco. La imagen de la derecha es de un catálogo
que venía con algunas figuras, muy buscado.

Las postales de la película. Al parecer, en la edición estadounidense venían
algunas más. La verdad, es un detalle, pero no es para tirar cohetes, precisamente.
 
Lista de temas de la banda sonora original de 1987.

Y la banda sonora del film, completa. Ambas, en el mismo
disco de la película.
Y poco más. Tan pronto como pueda veré la película y me moveré un poco por los menús de contenido extra. Que, tal y como puede verse, son más bien escasos. Además de las bandas sonoras (o sea, la misma, en versión recortada y en versión completa), un making of y un trailer. O sea, casi nada para una edición de coleccionista en Blu-Ray. Pero teniendo en cuenta lo cerca que estuvo de no ver la luz... pues casi es un milagro que hayan podido recopilar esto.

A ver si algún día consigo un rato de tranquilidad con o sin niños y pongo la película, que supongo que además del puntillo nostálgico se seguirá viendo como una película con poca chicha, pero que podría haber sido muy chula. 

miércoles, 25 de septiembre de 2019

The Mummy (1958)

Este ha sido un verano muy largo, incluido un breve paso por el desempleo, pero ya he vuelto a la normalidad, lo que en mi caso significa no poder escribir en el blog tanto como me gustaría. Pero hay que hacerlo y por varios motivos importantes, entre ellos que tengo aun mucho que explicar de los objetivos estivales que fui capaz de completar.

Uno de ellos fue ver mucho cine. Concretamente cintas que quería ver de hace tiempo y que por un motivo u otro se habían quedado arrinconadas. En especial, cine fantástico y de terror clásico. Y que gozada, había olvidado cómo me gusta.

Hoy había que comentarla, ya que cumple la friolera de 60 años. Se estrenó un 25 de septiembre de 1959. Y le da sopas con onda a muchas películas de terror actuales... Señores, en pie.


El cartel no puede ser más de la época, incluyendo la dama en apuros gritando. Y si puede ser en camisón, pero que vamos a decir ahora ya de eso. A la Hammer el combo terror + erotismo no-tal-ligero-pero-sin-pasarse siempre le funcionó muy bien...

Si os habéis fijado bien, ahí aparecen nombres que deberían saltaros a la vista: el tandem Peter Cushing y Christopher Lee, imprescindible. Y dirigida nada menos que por Terence Fischer. De aquí sólo puede salir oficio, el de verdad, el de la época que (como decía Lee) puede que las películas donde les tocaba trabajar fuesen malas, pero ellos tenían que conseguir que no se dijese lo mismo de su actuación. Calidad.

Y el caso es que no, no es nada mala. De hecho, la historia consigue atraparte enseguida, pese a lo que (en un inicio parece) un guión simple: arqueólogos británicos profanando una tumba egipcia, deben enfrentarse a la terrible maldición que les acecha.


En realidad, el mismo erudito egipcio (George Pastell, chipriota, en realidad) que les advierte contra la profanación es el mismo que les señala ante su horrendo servidor. Pronto, conforme los arqueólogos van muriendo asesinados en extrañas circunstancias, empiezan a aparecer las primeras sospechas. La escena de la conversación entre Pastell y Cushing es toda una delicia, ya que ambos saben quién es el otro, pero los dos mantienen su fachada, a su manera.

Otro gran momento de la película es el flashback al antiguo Egipto, en el que descubrimos el trágico origen del monstruo. Un actorazo como Christopher Lee conseguia darle realismo a su personaje hasta metido en un traje de vendas podridas, pero cuando se le da una oportunidad de actuar a cara descubierta, demuestra su saber hacer ante las cámaras. Incluso, como en este caso, cuando el presupuesto no permite rodar escenas en escenarios naturales o edificios realistas.


Qué más puedo decir, imprescindible. De cabeza a la lista de clásicos que hay que ver y volver a ver. Esta pienso verla con la calabacilla nº2 tan pronto como sea capaz de ver cine de terror, ya que al chico lo tengo obsesionado con las momias, desde su primera partida al HeroQuest.

Por cierto, sólo un último apunte final. ¿Recordáis la película de La Momia, de 2017? ¿La de Tom Cruise? ¿No? Normal. La critica la vilipendió de tal forma que todos los planes sobre un nuevo Dark Universe de monstruos clásicos rediseñados quedaron en nada al instante. A pesar de que Tom Cruise no sea mal actor, el hecho de que se crea posible ignorar el guión a cambio de una sobre-exposición de efectos especiales es tan frecuente que al final ya hasta los más bobos se dan cuenta que ahí no hay historia. De nuevo, la misma historia. Un presupuesto de locura, tirado a la basura por lo mismo de siempre. En cambio en 1959, con cuatro duros, conseguían emocionarte. Es lo que tiene las ganas y el oficio, y no solo el negocio.

Una pena, ahí hay talento. Pero si no hay guión...



martes, 10 de septiembre de 2019

Black Hole Sun

Este es otro de esos post de casualidades que me pasan, que pongo a veces. Este quería haberlo escrito hace meses, poco más o menos cuando pasó todo lo que voy a relatar ahora, pero que por circunstancias de la vida y de perrería personal de uno, pues se acaban quedando atrasados.

Hace unos meses, poco antes de que empezase el verano me dio por cambiar un poco de tipo de música. Dejé el rock/hard rock/heavy metal habitual y me volví a reencontrar con los discos de grunge que de forma algo breve y irregular escuché en mi época de instituto. Uno de ellos, el Superunknown de Soundgarden.

En él hay un tema muy famoso pero que llevaba años sin oír, por extraño que sea hoy en día que podrías escuchar música incluso en la ducha, además uno de sus temas más famosos, Black Hole Sun.


(En realidad esto no es del todo cierto, ya que la sinfonía aparece en uno de esos pianos automáticos -ni idea del nombre técnico, la verdad- en un saloon de la serie Westworld; esa serie que, como leí hace tiempo por ahí, quiere parecer que es muy buena, pero en realidad es mediocre)


Aunque la canción esté compuesta por el malogrado Chris Cornell, esta versión la firma Ramin Djawadi. Y si os suena su nombre, es que la sombra de Juego de Tronos es muy alargada, por muy buen compositor que sea.

En fin, a lo que íbamos, por lo que pude saber después, investigando por la red, a Chris Cornell se le ocurrió la idea para el tema mientras iba en coche, sin prestar mucha atención a la radio, cuando durante un momento en concreto el locutor dijo algo parecido a "black hole sun", sol de agujero negro o agujero negro solar. Eso no fue lo que dijo claro, pero sí lo que Chris entendió. Y le gustó como sonó, hasta el punto de comenzar a imaginarse como podría ser el tener un agujero negro en vez de sol. De ahí la canción y el videoclip.

¿Y dónde está la casualidad a la que hacia mención antes? Pues que justo en el momento en el que yo andaba con el black hole sun en la cabeza todo el día, pasó esto:


La primera vez que se conseguía fotografiar un agujero negro (y que, evidentemente, en la foto saliese algo, y no solo todo de color negro, huelga decir).

Aquí el amigo Powehi (que es el nombre que le han puesto), en realidad estrella M-87, es un pequeño monstruito de tres millones de veces el tamaño de la tierra que se ha podido fotografiar haciendo una pequeña trampa de superponer ocho mapas de ondas provenientes de ocho observatorios distintos. Como si fuese tan fácil, ¿no?

En todo caso, no deja de ser toda una casualidad. Mal iríamos si fuese el centro de nuestro sistema solar, ya que nos absorbería al momento, pero de todas maneras, ahora podemos comprobar que, como decía Kafka, cuando miras al abismo el abismo te devuelve la mirada. Mejor eso que nos absorba a su interior, claro.

Gracias por el aviso, Chris.

miércoles, 28 de agosto de 2019

Reparando juguetes

¿Recordáis el anuncio de Mastercard?

Tener que comprar destornilladores especiales, que a estas alturas ni sabias que existían (cabeza triangular), 8 €.


Luego tener que comprar pilas de botón de un tipo concreto (no del que tienes en casa, no) y que descubres después de abrirlo con los destornilladores from hell, 6 €.


Eso sí, por lo menos resulta que son del mismo tipo que el pié de rey con pantallita que luego quieres usar para la guitarra (grande, luego la enseño) y resulta que no tenía pila. Mira, por lo menos las cosas encajan un poquito.

Sigo...

Perder el tiempo maldiciendo al fabricante que puso la nada desdeñable cantidad de 10 tornillos pequeñitos en el juguete, a saber cuantos euros...


Pero aun así, poder poner a punto uno de los juguetes favoritos de tu hijo pequeño y que siga viéndote como el mago que arregla juguetes... no tiene precio. Nada hijo, espero que siga gustándote muchos años más... ahora a por el secador de juguete de tu hermana y la guitarra de tu hermano.

La pila tiene carga y parece que todo funciona dentro (y de paso he descubierto
que no se puede usar el multímetro y hacer una foto al mismo tiempo,
es como lo de estornudar y mantener los ojos abiertos...)

Ahí está, el cable suelto. Al final voy a tener que alquilarle por horas la
soldadora de estaño al pobre Yacon...

La otra guitarra

Que no tiene tapa... Ese era el problema. A ver qué se me ocurre.
(por cierto, no tiene botón de apagado!!!)

¿He comentado ya que mi mesa parece la de un loco? Entre apuntes, maquetas, juguetes para reparar y demás puñetas, cualquiera que lo vea me manda a ingresar...

Pero por lo menos con el tema de los juguetes de los críos, no me importa en absoluto. Es cierto que me da un puntito de orgullo que me vean como el "doctor juguetes", pero es que me da rabia que cosas electrónicas relativamente simples y bastante caras se rompan como si nada.

Poca ética de los fabricantes supongo. Porque mis calabacillas son brutas, pero tampoco nada fuera de lo extraordinario.