sábado, 14 de marzo de 2020

DLC, día 1: Coloretto

Como ya he comentado en el post anterior, el primer día en que oficialmente se nos ha pedido que por responsabilidad no salgamos de casa, ha sido muy extraño. Claro, que ya venía del día anterior, cuando a última hora estábamos todos los alumnos del instituto y los profesores, en los pasillos escuchando las instrucciones de dirección por megafonía. Todos habíamos oído especular acerca de medidas drásticas, pero pocos creíamos que hiciera falta tomarlas, por lo menos tan rápido. Visto lo visto, aun se llegó tarde. Volvimos a casa escuchando las noticias, sintiéndonos como en una de esas películas de catástrofes donde, en vez de tiburones o aliens, el adversario era microbiano. O como en una partida de Pandemic, la verdad, yo no podía dejar de pensar en ese juego.


Sin poder ir a ver a mis padres, ya que mi padre está enfermo y sería muy irresponsable arriesgarse, con compras (prudentes) de emergencia ya hechas, trajimos a los niños a casa y seguimos alucinando mucho. Pero, evidentemente eso hay que pararlo. Por la salud mental de todos, no solo de los niños que entienden entre poco y nada lo que pasa. Así que como en esta casa llevamos años preparándonos para el apocalipsis con juegos de mesa, sacamos unos cuantos. Y quisieron probar el Coloretto.


Juegazo, la verdad. Mucho Uno y mucha baraja carajillera de naipes, pero este juego de cartas tendría que estar en todas las casas. Y fácil de jugar, hay varias filas de cartas de colores, donde podrán haber un máximo de tres. En cada turno, o coges carta de la pila y la pones en una de las filas o te quedas una fila entera (con 1, 2 o 3 cartas) y ya no participas más en esa mano. Hasta que al final, todos los jugadores han cogido una fila y se acaba la mano.



¿Fácil, no? Pues la cantidad de estrategia y puteo que hay ahí metida es espectacular. Porque hay muchos colores, pero solo los tres de los que más cartas tengas puntúan positivo. Es decir, que tu quieres tener tres colores con muchísimas cartas cada uno, pero el resto de jugadores estará encantado de hacerte coger más colores. ¿Cómo? Poniendo colores que no tienes justo en la fila que a ti más te interesa coger, por ejemplo. Luego habrá que valorar bien, si eso a ellos les perjudica más que a tí, por perder una carta que podrían haber querido o sabotear una fila que ellos también podrían haber podido escoger.

Mi puntuación final, ni tan mal, solo resté grises y naranja
Lo dicho, un juegazo. Si os gusta mucho, pero preferís el juego de mesa a las cartas, echadle un ojo a Zooloretto, lo mismo pero con animales. 

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