Saludos a todos.
Como bien sabréis, porque desde hace semanas que casi no se habla de otra cosa, nos hallamos todos en plena pandemia por la presencia omnipresente de un virus nuevo y, aunque no letal de necesidad para todo el mundo, si de muy fácil transmisión que está causando estragos, especialmente entre ancianos y gente con patologías previas. Esto es lo que nos dicen las autoridades sanitarias (que para mi, son los médicos, y no los políticos que quieren mandarles).
Esto ha llegado al punto de que han suspendido prácticamente cualquier actividad no imprescindible, para tratar de frenar el contagio del virus por parte de más gente. Teniendo en cuenta que en este país, en vez de hacer las cosas bien, nos dicen que nos quedemos en casa y por lo visto nos falta tiempo para irnos a la costa o a la sierra, pues estamos bien jodidos todos, muchachos.
Sea como sea, aparte de hacerme eco de la situación, que no parece que vaya a solucionarse a muy corto plazo, como confinado que estoy y pensando también en otros confinados que puedan querer leer las chorradas que escribo por aquí, he pensado en hacer un diario lúdico de confinamiento, en adelante LDC. Intentaré escribir un mensaje más o menos cada día, para ayudar a distraer a quien quiera pasarse por aquí y, de paso, distraerme yo también con algo más que cuidar a mis calabacillas enjauladas y on-fire.
Así pues, y con la chulería del que comienza el segundo día de confinamiento (el primero, ayer viernes, fue el típico día de comprar rápido cosas de necesidad real, mirar las noticias, flipar igual que los compis de curro por whatsapp y comenzar a planificarse cosas para, por lo menos, estos 15 días que nos tocará estar en casa) arranco el diario.
Que nos sea leve a todos...
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