jueves, 9 de agosto de 2018

Probando, probando... Terraforming Mars

Esta entrada se me estaba quedando peligrosamente atrasada, porque todo esto es de hace como un par de semanas ya. 

Ya sabéis que siempre ha existido (y existirá) esa cosa que ahora la llaman en inglés el hype pero que de toda la vida se le llamaba el ansia. Y a su portador, el ansias, en plural, ya que siempre solía tener más de una. Esto no ha cambiado con los juegos de mesa, y cada vez más suele verse como aparece un JUEGAZO que de repente todo el mundo necesita tener como el aire que respira, al tiempo que olvida al fondo de su estantería de juegos (algún día hablaremos de ellas) el JUEGAZO del mes pasado, del que ya nadie parece acordarse. Como no, hasta hay memes del tema:

Ay, no, este no era...  XD
Así que la mayoría de veces te quedas con la sensación de "Otra vez..." y no sueles hacer mucho caso a esos juegos. Hasta que un amigo se compra uno. Y te lo dice. Y piensas, a ver sí... ¿podría ser qué...? Así que ahí vamos, esta noche vamos a probar uno de esos juegos que entraron con fuerza, el Terraforming Mars.


Podríamos decir, para entendernos bien, que es un juego pseudo-colaborativo (colaboras en terraformar marte, pero solo gana uno, el que más puntos de victoria tiene) en el que hay que concentrar los esfuerzos de los jugadores en facilitar la terraformación (o sea, cambiar las condiciones de un planeta al estándar terráqueo) del planeta Marte. Esto incluye la cantidad de agua (losetas de océanos), la temperatura (un marcador) y el oxígeno (otro marcador).


Cada jugador representa una corporación privada que quiere obtener el máximo rédito de sus esfuerzos en la terraformación del planeta. Cada jugador tiene un tablero en el que lleva el control del acero, el titanio, la vegetación, la energía y el calor, así como del dinero que ganas cada turno y el que tienes acumulado. Y que te conviene tenerlo, porque aquí todo es pagant San Pere canta.


Pero el auténtico motor del juego es el mazo de cartas (el draft) de investigación. El juego tiene un mazo tremendo de cartas, en dos modos de juego diferentes, que te permite llevar la terraformación por donde a ti te conviene (y de paso, controlar por donde se mueven los otros "colaboradores) mediante un uso de combos entre las diferentes cartas, de cada grupo de investigación. 

No os voy a engañar, las dos partidas fueron duras, como supongo que serán las primeras partidas de iniciación (aprendizaje, más bien) a este juego, pero a pasar del calor y de las horas intempestivas, al cabo del rato vas viéndole las mecánicas. No es fácil entender de buenas a primeras el draft de cartas, ni como organizarte para que los combos te proporcionen un buen resultado, pero poco a poco le vas pillando el tranquillo.
 

Aun no puedo decir que lo haya asimilado completamente, porque aparte de que jugamos en el modo introductorio no le hemos echado las suficientes partidas, pero tengo que decir que el juego promete. Tiene toda la pinta de ser un juego profundo y sesudo, en el que tienes que estar al tanto no sólo de tus recursos y tus cartas, sino de las de los demás, de no perder de vista dónde y cuando puedes puntuar, y todo esto a partir de una buena combinación de cartas que se supone que potenciará todo lo anterior. Si compras las correctas y las juegas cuando toca. Y como toca.

Perdón por la calidad de las fotos. Lo del flash y los reflejos aun no lo pillo...
Así pues, ¿lo recomiendo? Pues aun es pronto para decirlo, pero tiene muy buena pinta, la verdad. Creo que es uno de esos casos que la fama se la tiene bien ganada, así que habrá que ir insistiendo en el tema, a volverse a leer bien las reglas (a mí no me culpéis si no me habíais explicado que las ciudades no podían estar juntas, yo solo especulé con el precio de los terrenos urbanizables...) y lo más difícil, volver a quedar con los amigos. Porque por muchas ganas que tengas, si se te hacen las tantas (que se hacen, la partidas son largas), ni las sidras fresquitas te despiertan. Pero con el calor ayudan, eso sí.

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