domingo, 29 de julio de 2018

Una victoria pírrica

El otro día mientras estaba ojeando el manual de Soul Wars cuando me encontré una referencia que me gustó mucho, no solo porque la expresión está muy bien aplicada, incluso explicada, sino porque llama la atención que incluso en un juego de fantasía, y de la friki de verdad, aparezca en el manual algo que ha trascendido a las eras e incluso a las culturas.

Victoria pírrica
Así que voy a intentar darle un toque de culturilla a un blog tan chorra como este, a ver si así lo salvamos de la quema el día que lleguen los inquisidores...

Este caballero que tenéis a la derecha es Pirro de Epiro (318 - 272 a.C.), apodado el Águila por sus soldados. Fue monarca, conquistador, general, guerrero y escritor griego del s. IV antes de Cristo. Se le supone descendiente de Neoptólemo, hijo de Aquiles (sí, el de Troya, tal y como se narra en la Ilíada, de Homero; lectura imprescindible, por cierto). Durante su reinado fue uno de los mayores estrategas de Grecia y uno de los peores adversarios que tuvo la República Romana (aún no Imperio) en su expansión. Bueno, más que en su expansión, digamos que directamente después de anexionarse de una manera o de otra todos los reinos que tenía a su alcance se plantó en lo que hoy sería el sur de Italia para enfrentarse a Roma. Valor no le faltaba, y por lo que de él se explica, optimismo y ego tampoco. No tenía problemas en reclutar "voluntariamente" a todos los jóvenes de los reinos conquistados para sus  ejércitos o en actuar como rey de sus aliados, pero digamos que en la época tampoco era nada que extrañase demasiado. Los conquistadores impacientes es lo que tienen.

Pues bien, si este señor se ha hizo famoso fue por plantar cara a los ejércitos de la República de Roma en la batalla de Heraclea, batalla que duró un día entero y que se inició porque rey Pirro se cansó de esperar a sus refuerzos y atacó junto con sus aliados Tarentinos. Pirro encabezaba la caballería, nada de mandar desde retaguardia, el iba el primero. La batalla fue larguísima y sanguinaria, y después de múltiples ataques y retiradas, finalmente los elefantes de guerra de Pirro decantaron la balanza, haciendo huir a los romanos, de los que se dice que salvaron la vida por que cayó la noche. 

Al acabar la batalla, a pesar de no haber sufrido tantas bajas como el ejército romano, el recuento indicó que gran parte de sus tropas de élite así como de los oficiales habían caído. Fue entonces cuando exclamó la famosa frase de "Otra batalla como esta y tendré que regresar a Epiro solo". Desde entonces, vencer una batalla con grandes bajas se conoce como victoria Pírrica.



Como anécdota, se cree que fue él el creador de un juego de guerra que acabó siendo muy famoso en la época romana, al que le llamaron el Latrunculi, del que se han encontrado múltiples referencias así como tableros y piezas. Desgraciadamente no se conocen las reglas, aunque hay varias hipótesis al respecto, pero se sabe que habían figuras grandes (oficiales), figuras pequeñas (soldados) y, en algunas versiones, una figura azul (el dux), y que el juego parecía representar el posicionamiento de campamentos y ataques y retiradas de tropas sobre el campo de batalla. Muy interesante, habrá que investigar un poco sobre el tema. Prometo publicarlo aquí, si encuentro algo que valga la pena...

www.spielmannshof-seitenroda.de



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