sábado, 17 de agosto de 2019

The Blob (1958)

No soy muy habitual de las redes sociales. He usado algunas que se han quedado sin pena ni gloria con el tiempo. Aparte del omnipresente WhatsApp a duras penas entro en Facebook (ese red "de mayores" que dicen los adolescentes de ahora) a mirar grupos de modelismo o wargames. Y si he aguantado en Twitter después de meter ahí la cabeza a ver qué se cocía es, entre dos o tres temas, por Horror Losers.


Horror Losers es un usuario que reseña películas de terror tanto actuales como clásicas, con criticas muy profesionales y detalladas. Es un grupo del que se aprende mucho. Así que cuando anunció que habían pasado 31 años de The Blob, el remake de la película homónima del año 1958, pues era evidente que, con ese nombre y esa reseña, esas dos había que verlas. Hoy, toca la primera, la original.

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The Blob (o como se conoce en España, La masa devoradora) es una película de esas que hay que ser aficionado al género. Pero mucho. Porque no veo a chavales jóvenes aguantándola más de cinco minutos, ya que la inmensa mayoría no pasaría del lento inicio y de los tópicos del género que habrán visto en el cine actual hasta la saciedad. Y sin embargo, e incluso a pesar de sus errores (hablaré de ellos más tarde), es una película maravillosa. 

¿Veis ese nombre con un tamaño mayor al resto? Steve McQueen es un nombre que debería sonar mucho al cinéfilo, por muchas y clásicas cintas, como (por poner unas pocas) La gran evasión, El coloso en llamas, Papillón o Los 7 magníficos. Pero en el 58 apenas era una cara conocida de la televisión al que le ofrecieron una oportunidad de poder pagar su alquiler y llenar las bolsas del supermercado. Cobró 3000 $ por el papel de adolescente (aunque ya estaba entrado en la treintena, lo que es muy evidente en la película) a pesar de que le ofrecieron cobrar menos a cambio de un porcentaje de la recaudación. Y aunque no hacerlo fue un error (recaudó más de 4 millones de dólares) sí que inició su salto a la fama.

La trama hoy en día la llamaríamos "típica y tópica" de no ser porque esta fue una de las cintas que asentaron ese tópico tan mareado: dos adolescentes que buscan intimidad en el coche ven como una lluvia de estrellas deja algo extraño en el monte. Al abandonar el lugar se cruzan con el anciano ermitaño que (como no había visto suficiente cine de terror) tocó el meteorito con un palo y en concreto el mucoso contenido, quedándole adherido a la piel. Los chavales se lo encuentran en la carretera, lo llevan al médico del pueblo... y ya está liada parda.

Bonito homenaje a Bela Lugosi, uno de los grandes del cine clásico de terror
El resto se desarrolla tal y como os podéis imaginar. E incluye todo el pueblo movilizado gracias a la incomprendida pandilla de amiguetes del protagonista, que como siempre tienen muy mala fama por su juventud, lo que incluye al sheriff del pueblo... me están viniendo ganas de verla. Otra vez.

Creo que ya veis por donde estoy yendo. Es una película de terror clásica que hay que saber ver con ojos de la época. A día de hoy ya estamos todos muy rodados en cine de terror y ese argumento simple y nada sorprendente ya no nos atraería. Pero cuando se estrenó éste era el tipo de argumento de película de terror que existía, porque poco más había en celuloide (en literatura ya se estaba bastante más avanzado). Es encantadoramente entrañable que algo tan simple tuviese tanto éxito. Máxime cuando el director, Irvin Yeaworth, sólo tenía experiencia (aunque importante) en películas educativas y religiosas. Jamás estuvo muy orgulloso de su creación...

Los errores que mencionaba también son típicos de la época, desde liarse con la química y utilizar ácidos muy raros que el médico tenía en su consulta (?) o confundir el monóxido de carbono con el dióxido de carbono de los extintores, hasta la encantadora huella digital que podéis ver si tenéis la vista fina en una de las pocas escenas en las que la masa "rueda" por la ciudad.

Incluso, involuntariamente, tocan el tema del cambio climático actual (mucho antes de que se llegase a sospechar de que algo así podría acabar sucediendo) cuando un enorme interrogante aparece en el ártico, donde lanzan a la masa que casi se les merienda, para que el frío la mantenga en éxtasis... ¿para siempre?









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