jueves, 1 de noviembre de 2018

Especial Halloween (3/3) - La Guerra de los Mundos

Y acabamos la clásica trilogía halloweenera con una efeméride, anteayer se cumplieron 80 años de la celebérrima retransmisión radiofónica de La Guerra de los Mundos por parte de Orson Welles.

Wikipedia.es
Orson Welles (1915 - 1985) fue un ensayista, narrador, actor y director tanto de teatro como de cine. Hijo de un empresario e inventor amateur y de una pianista y sufragista, su ecléctica educación le llevó por muchas y variadas artes. Su amor por las obras de Shakespeare le llevaron pronto al teatro y la radio, hasta lograr en el cine algunos de sus más celebrados éxitos, como la que está considerada por muchos como la mejor película de la historia del cine, Ciudadano Kane.

Como he dicho, algunos, que no todos. Uno de sus éxitos más sonados y celebrados, que catapultó su fama de manera meteórica (aunque luego le costara dar explicaciones, que no disculpas, al pueblo americano, que imagino que entonaría aguantándose la risa) fue la retransmisión por la radio CBS el 30 de octubre de 1938 de la narración de una de las más famosas obras de H.G. Wells (no, no había relación entre ellos, hay una e de diferencia entre los apellidos), La Guerra de los Mundos, publicada en 1898. Welles ya había conseguido algunos éxitos notables con adaptaciones radiofónicas semanales, como Los Miserables, Drácula o El Conde de Montecristo, para la cadena CBS. La noche del 30 de octubre, víspera de Halloween, sin embargo decidió decidió darle un toque "especial" a la narración. Se dice que no lo hizo como broma, sino como una manera de darle al público un nuevo enfoque de la historia, un enfoque basado en el realismo. Y vaya si lo consiguió.

Existe el precedente del británico Ronald Knox, que en 1926 narró por la BBC el alzamiento de una supuesta revolución, que causó que una parte importante de la audiencia la tomara por real. Con esta información en mente, Welles decidió llevar el experimento a sus máximas consecuencias. Sin embargo, la CBS no lo veía del todo claro y obligó a avisar que el programa era una adaptación, antes del inicio y a los cuarenta minutos, a diez de acabar el especial. Pero de poco sirvió, los espectadores que llegaron tarde o no se dieron cuenta del aviso cayeron, como muchísimos otros en el pánico y el terror colectivo.

La Guerra de los Mundos, originariamente ambientada en el Londres victoriano, narra la invasión alienígena del Imperio Británico por parte de un ejército invasor de marte, con vehículos  de tecnología extraterrestre, rayos de muerte y gases venenosos.

De Amazon UK

Por sorprendente que parezca a día de hoy, el programa caló muy hondo entre los 18 millones de oyentes. La situación económica (los últimos coletazos de la gran depresión estadounidense) y política (el reciente auge belicista del nazismo en Europa) fueron un terreno propicio para que se sembraran las dudas y el pánico. Además, que el programa de Welles se estructurara como un especial informativo, un formato que no solía despertar recelos, pero cuyos corresponsales conforme iban disponiendo de más datos cada vez estaban más nerviosos, cada vez usando frases más entrecortadas, llegando pronto a los gritos y el pánico, le dio un grado de verosimilitud inaudito hasta la fecha en una obra de ficción.


Las consecuencias fueron impensables, colas en las autopistas para evacuar espontáneamente las ciudades próximas a la supuesta zona de aterrizaje, accidentes, suicidios, miles de llamadas de ayuda a la policía y a los cuerpos de emergencias... literalmente, lo nunca visto. Periodistas y directivos de la CBS tuvieron que oponerse a la policía y a agitados ciudadanos que pretendían detener el programa por la fuerza. Tan pronto como acabó, sacaron a los actores y al mismo Welles del estudio de emisión y los escondieron, incomunicados, en otra planta del edificio, para finalmente sacarlos de manera secreta por la puerta de servicio. Múltiples actores tuvieron que trabajar como telefonistas improvisados para atender a las miles de llamadas telefónicas que recibió aquella noche la CBS.

Al día siguiente, aclarado ya el percal, Welles convocó una rueda de prensa ante una horda de ávidos periodistas ante los que declaró que él no consideraba que tuviera que pedir perdón por su manera de hacer un programa de entretenimiento lo más atractivo posible. Estas explicaciones no contentaron para nada al publico, furioso por haberse visto engañados de esa manera. 


Lo más curioso es que años más tarde, en 1944, William Steele, antiguo colaborador de Welles, repitió el experimento situándolo en Santiago de Chile. A pesar de la magnitud de las consecuencias de la retransmisión de Welles y la proximidad en el tiempo, hubo muertos por ataque al corazón, barricadas en las calles y ciudadanos atrincherados. Incluso, aunque nunca se confirmó oficialmente, el ejército desplegó efectivos en las calles. Las fuertes tensiones de la época entre Perú y Chile llevaron a creer a muchos ciudadanos de la segunda que en realidad no eran alienígenas, sino el ejército de Perú.

¿Creéis que ahí se acaba el tema? Treinta años más tarde, TREINTA, en la conmemoración del evento, la emisora WKBW emitió avisos semanales de la programación, envió cartas de aviso a la policía, a los bomberos, etc. Resultado, líneas de emergencias colapsadas por miles de llamadas de ciudadanos aterrorizados por la supuesta invasión. TREINTA. AÑOS. MÁS. TARDE. Y sigue, Portugal en el 88, México en el 98 también repitieron resultados. 

Todo un hito de la comunicación de masas, que parecía augurar el auge de las fake news, los bulos y los globos sonda que campan a sus anchas en la actualidad. Al final, la gente somos como los lemmings, nos dejamos llevar por las masas.

Dejo a continuación, para redondear el post, un par de vídeos. La retransmisión integra, subtitulada para que no haya problemas para seguirla y un reportaje sobre aquella noche. Ambos dignos de verse.

Dicho esto, cierro por este año (y por todo lo alto, creo) el especial de Halloween. Espero que lo hayáis disfrutado.




6 comentarios:

  1. La lio parda el maestro Wells. Si no has visto Ciudadano Kane la recomiendo. Es una obra maestra en su género aunque no creo que la mejor aunque en su tiempo debió de causar mucho impacto.

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    1. Juraría que la vi hace demasiado tiempo, cuando aun no estaba preparado para entender una película así. Tengo pendiente una revisión en condiciones, ahora que tengo unos cuantos añitos más.

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  2. Anónimo Yacon :

    Yo creo que tenía bastante claro que se iba a liar. Aunque no imaginó la magnitud. También hay graciosillos que para hacer el chiste apuntan con laser a las cabinas de los aviones que van a aterrizar, para hacer la gracieta, sin pensar en las posibles consecuencias. Eso se llama ser irresponsable. O trepa, según se mire, ya que se la bufa lo que pase mientras él ascienda.

    Vaya, qué hostil me he levantado hoy :P

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    1. Como una broma, es posible que sí. Si después algo que es absurdo que se considere creíble causa estragos, no tengo tan claro que sea culpa suya. Tampoco que sea inocente de aprovecharse de esa credibilidad en su beneficio, cuidado, pero tanto como para llamarlo irresponsable no lo veo. No es como el que no se esperaba que una colilla en un bosque pueda calcinar una comarca. Que estamos hablando de una invasión alienígena...

      Más irresponsables veo a los que se dejan arrastrar por las masas, especialmente cuando es por tonterías, que ya en aquella época eran conocidas de novelas baratas y cómics de ciencia ficción.

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  3. Yacon ha visto (https://elpais.com/elpais/2018/10/09/icon/1539093870_956846.html):

    - Es mentira que... la transmisión por radio de 'La guerra de los mundos', por Orson Welles, provocara histeria social

    Lo que nos contaron. Que Orson Welles adaptó La guerra de los mundos, de H. G. Wells, al formato radiofónico para su programa Mercury Theatre on the Air de la CBS y dotó al relato de una estructura de noticiario tan realista que la retransmisión, que tuvo lugar el 30 de octubre de 1938 (víspera de Halloween), generó un episodio de histeria social. Los actores que dramatizaron el relato y los montajes sonoros fueron tan verosímiles que los oyentes creyeron que los extraterrestres realmente se encontraban en Grovers Mill, Nueva Jersey, con el objetivo de dominar a la humanidad. Los supermercados se colapsaron al acudir la gente en masa a por provisiones, los servicios de emergencia no daban abasto atendiendo ataques de pánico y la policía estaba desbordada por las llamadas telefónicas.

    Lo que realmente sucedió. La retransmisión sí provocó cierto desconcierto, pero no la histeria colectiva que ha trascendido. Hubo personas que acudieron a hospitales para ayudar donando sangre y otras llamaron a las comisarías del área de Nueva Jersey para saber si se trataba de una broma, pero el revuelo quedó ahí. Algunos oyentes incluso felicitaron a la CBS por el gran especial de la noche de Halloween que habían organizado. "Que trascendiera a la historia como un episodio de alarma colectiva se debe al sensacionalismo empleado por la prensa de la época. Algunos periódicos llegaron a asegurar que un hombre murió de un ataque al corazón por culpa del programa y que los hospitales estaban tratando a varias persona en estado de shock. Pero fue una exageración. La vida cotidiana siguió con completa normalidad tras la emisión radiofónica de La guerra de los mundos", asegura a ICON el historiador Ángel L. Rubio. También se dijo que la retransmisión había tenido una audiencia masiva, cuando lo cierto es que la mayoría del público radiofónico estaba escuchando el programa rival, de la NBC, del ventrílocuo Edgar Bergin. Menos de un 5 % tenía sintonizada esa noche la CBS.

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    1. Pues podría ser. Pero tan poca repercusión no debió tener si aun a día de hoy se sigue comentando y revisando. Igual no fue tan heavy como algunos pintan ahora, pero ahí hubo un asunto serio, eso seguro. Más bien me suena a revisión a la baja, es decir, el sensacionalismo 2.0: me espero a que el evento X cumpla años y que pasen los típicos artículos ensalzándolo para a continuación ir yo con la segunda oleada a rebajar el asunto con un artículo más serio, pero que que sigue alimentándose del tema.

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