lunes, 4 de septiembre de 2017

Mini-vacaciones jugonas

Bueno, puede que no tanto. En realidad no fueron vacaciones sino el famoso puente del 14 de agosto y tampoco fueron muy jugonas, a pesar de que me llevé varios juegos de carta en la maleta, por si aparecía la oportunidad. Y no apareció.

Nos escapamos al Valle de Boí, un lugar precioso lleno de pueblecitos de montaña muy majos y con un espectacular parque nacional, el de Aigüestortes, perfecto para perderse por la naturaleza. Pero claro, nosotros íbamos con toda la tropa, así que los cansamos y vieron cosas nuevas, pero no fueron demasiado relajantes que digamos.

De National Geographic. ¿Una maravilla, o no?

Pero cuando uno tiene ganas de jugar y de hacer cosas, no se van de la cabeza. No podía parar de mirarme las rocas del parque, fijándome como las raíces pasaban por el lado o incluso por encima, por si podía llegar a reproducirlo en escenografía para los juegos de guerra. O incluso cuando visitábamos las iglesias románicas del valle, entre que iba cazando a un niño y buscando a otro (antes de que hicieran algo excesivamente sacrílego) no podía parar de mirarme la distribución de vigas de madera de los techos o las baldosas de piedra en el suelo, para un futuro Mordheim (si, lo se, lo se, tengo el post pendiente, se me está alargando mucho).

Pero el súmum fue el primer día. Fue el destino, no puede decirse de otra manera. Paramos en un pueblecito sobre mediodía, a tomar algo, ir al baño y que los chicos se desperezaran un rato. Y al volver al coche, me llama un chico desde detrás mio: camiseta de Helloween, pelo largo, podría haber sido solo un heviata, pero gafas y tatuaje de cráneos tiránidos... un frikazo de los míos. Él y su novia se habían quedado sin batería en el coche, nada más comenzar la salida del puente. Pararon a comer y al volver, estaba muerto.

Tiránidos, la única raza del universo Warhammer 40.000
que no son unos hijos de puta. Sólo tienen hambre...

Así que nada, saqué mis superpinzas del maletero (el día que tenga coche nuevo, con más parte eléctrónica que un transformer tengo que acordarme de no hacer esto...) y me puse a su lado. En seguida el coche arrancó ("¡Está vivoooo!") y después de los consejos pertinentes para que no vuelva a pasarles y les amargase el puente nos despedimos al momento. La pareja super agradecidos. Me hubiera gustado decirle que yo era más de necrones y de Insomnium y echar unas risas... pero estábamos a pié de carretera, con mi coche en doble fila, camiones pasando y niños nerviosos.

Así que si lees esto, algun dia tenemos pendiente una partida a algo. Y si no, queda como una curiosa anécdota. Siempre hay un friki cerca, jejeje.


2 comentarios:

  1. Anonimo Yacon dice:

    Deberías haberle dicho la verdad. Que la novia se diese cuenta de que su vida se ha salvado porque él llevaba un tatuaje friki. Que se den cuentas que D&D puede salvar vidas.

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  2. Creo que ya se dieron por enterados. Eso fue una pifia a la planificación de las vacaciones... Por suerte, no hubo que tirar cordura. Ahí estaba yo... XD

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