domingo, 8 de julio de 2018

El extraño caso del cupón premiado...

Os voy a explicar una cosa que me sucedió, hace muchos años y que hasta hace un par de meses no me di cuenta de lo extraño que fue. Espero que, como a mí, os sorprenda y os divierta, al menos un poco.

Hace ese par de meses pude conseguir un artículo de coleccionismo al que hacía bastante tiempo que le había echado el ojo. Como desde mi infancia, nada menos. Era el disco de vinilo (¡amarillo fluorescente!) con las canciones licenciadas de la colección de muñecos. En perfecto estado y por un precio muy razonable, lo que viene a ser un precio casi normal cuando desde hace años solo lo ves en los portales de venta por internet por 80-100 €, cortesía de los especuladores de turno.


Ahora, el viaje al pasado... ¿Porqué ese disco era tan atrayente para mi?

Hablamos del año 1985 o 86, no mucho más tarde de eso. Por aquél entonces los niños no disfrutaban de una (excesiva) abundancia de cosas como los de ahora. Muchos teníamos un puñado de tebeos que nos sabíamos de memoria, unos cuantos muñecos y con suerte algún vehículo, puede que algún juego de mesa y poca cosa más. El resto solía ser las cosas que encontrabas por casa, de tus padres (y si tenias suerte, de tus hermanos mayores). Y si no, siempre tenías aquella ventana a miles de universos mágicos que era la tele. Por aquella época Ediciones Zinco no se había estrellado aun con sus historias de DC cómics (pero poco faltaba). Y también comenzaron a editar en España las historietas del nuevo fenómeno de las figuras de acción y pronto también de la tele, los Másters del Universo. Héroes hiper-musculados en taparrabos de piel contra monstruos horribles (tambíen hiper-musculados y en el mismo modelo de taparrabos) en un mundo mágico lleno de tecnología futurista, de ambientación pseudo-barbárica. En aquella época era el no va más. Fue una locura. Y así nos quedamos muchos.

El caso es que recuerdo muy bien aquellos tebeos. Desde que me enteré conseguí tantos como pude, que generalmente era cuando mis abuelos nos invitaban a comer el sábado, mi abuela siempre nos daba dinero para un tebeo. El primer número de esta colección, además traía regalo, un par de pegatinas muy chulas (y también muy buscadas) de He-Man y Skeletor. El numero dos venía con un sobre de cromos de los Masters del Universo.

El caso es que aparte de las historietas mismas que habían en el interior, de la publicidad con imágenes de las novedades de la línea, los pósters promocionales, etc (por si había poco), estos cómics tenían una cosa que nos volvían locos, el GRAN CONCURSO.


Casi todos los números de la colección incluían un cupón en la última página, para recortar y enviar a la dirección indicada para entrar en el sorteo de algún artículo de la colección, normalmente figuras, vehículos o playsets, además del famoso disco. Y para muestra, un botón. Mejor dicho, dos:


De ahí que este disco traiga unos recuerdos tan potentes. No sólo era de la colección, sino que hasta la foto promocional tenía la típica gravilla y el fondo crepuscular que tenían muchas de las fotos de propaganda de la colección. Que, por cierto, muchas de las otras fotos del concurso no tenían, ya es casualidad.

Pues como iba diciendo hace un rato ya, pude llegar a conseguir el famoso disco. Y era un LP y no uno de los pequeños singles, como siempre había creído. Es grande, grande. Así que después de que me llegase por correo, me dediqué a repasar mis viejos cómics de la colección, concretamente las páginas del sorteo. Porque, además, resulta que cuando participaba en el mismo (creo que no perdí ni una sola oportunidad de hacerlo), una de las veces me tocó. En concreto, un Stalker (en inglés, Night Stalker, acosador nocturno... tela el nombre del caballito)

De He-man.org

La imagen que venía en la caja. Sacada del blog Battle Ram, imprescindible no, lo siguiente.
Recuerdo a mi madre venir a buscarme al colegio, un día normal y corriente, diciéndome que me había llegado un paquete. Un premio, me dijo. ¿Un premio? No tenía ni idea de a qué se refería. Cuando llegué a casa y me encontré con la caja del caballo casi me da un ataque. Saqué ahí mismo todo el resto de mis muñecos de la colección y la batalla que se montó en mi cuarto fue de las que quedan registradas en los anales de la historia. Dentro de las esperanzas de aquel niño de 8 o 9 años, nunca entró el que le tocara en el concurso aquél caballo robótico, negro y dorado. Me había imaginado muchas veces ganando, claro, pero no aquello. Pero como a caballo regalado (y nunca mejor dicho) no le mires el dentado, pues ni volví a pensar en ello. Entonces.

Pero al revisar los viejos tebeos hace pocos meses, comencé a darle vueltas al asunto. Rebusqué entre las páginas de los tebeos que fueron de mi propiedad (con los años y alguna salida al Mercat de Sant Antoni de Barcelona cayeron muchos otros) y en ninguno de ellos aparecía Stalker como premio en el concurso. Revisé el resto de cómics, y tampoco. Aquí ya me comenzó a picar la curiosidad...

Entonces me fijé en que en algunos de los tebeos había una pagina entera en la que salían los ganadores del concurso de un par de meses atrás (¡y con sus direcciones postales! Como se nota que entonces aun no estaba "de moda" la ley de confidencialidad de datos...). Así pues... si encontraba mi nombre, sabría en qué concurso participé y resulté ganador. Vuelta a revisar, y no me encontré. Al parecer me faltaban tres números de la colección, que después de una razzia por TodoColección no tardé en pedirlos (a dos euros la unidad, no es una colección muy valorada, por suerte para mi y desgracia de todos). Y mientras tenían que llegarme, me acordé de Aquatar, un compañero del extinto foro NuevaDominion Eternia. Aparte de ser un gran coleccionista y mejor persona, nuestro amigo Aquatar era todo un recopilador del material disperso de la web. Así que miré en su blog, El Cofre de la Cueva del Terror, ahora ya el blog oficial del podcast "La cueva del Terror", imprescindible si estáis al día de la colección. Y efectivamente, en uno de los números que estaban de camino salía yo, mi nombre y mi antigua dirección... Toda una patada de nostalgia...

Aquí, aquí... Aquí hay cosas interesantes... Muy grande este Aquatar.
Con mi nombre, podía confirmar la fecha del concurso que gané, así que fui a buscar el tebeo de aquel mes... y nunca lo tuve. Era otro de los números que me faltaban y que me acababa de comprar por internet hacía un par de días (por cierto, tenéis una foto de la página en este mismo post, de las dos que he puesto, la de la derecha). Así pues, ahí está el misterio, yo no pude enviar el cupón en su momento, porque ese tebeo nunca estuvo en mis manos hasta ya entrado el año 2018. Y por lo que vi, no hubo otro concurso con ese premio... así que, nuca lo sabremos. Supongo que se extravió un cupón mío de otro concurso y fue a parar con los más nuevos. Ni idea. En todo caso, en aquel momento, un renacuajo fue feliz hasta rabiar con su juguete nuevo. Sigue conmigo y espero que algún día también consiga divertir a mis hijos. Y que no me lo rompan. Demasiado.

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